FINANCIACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA

La fundación 1º de mayo acaba de publicar este nuevo informe sobre la financiación pública de la iglesia católica en un momento donde se intensifica la ofensiva desde los medios conservadores y de extrema derecha contra los sindicatos y la financiación pública que reciben.

 

 

La primera conclusión que se puede extraer de la lectura de este informe es que la asignación tributaria a la iglesia católica supone  prácticamente el 95% de los ingresos de la Iglesia no sometidos a actividades finalistas o vinculadas al mantenimiento de su patrimonio histórico, lo que demuestra que está muy lejos de ser capaz de autofinanciarse.

 

 

En segundo lugar, se puede concluir que frente a la creencia (inducida y mantenida por la propia Iglesia) de que los fondos que recibe se destinan a actividades de carácter asistencial, en realidad su única finalidad es la propia sustentación del clero y la actividad, tal como la propia Iglesia la define, "pastoral".

Vivimos momentos de especial dificultad, en los que los sindicatos no aspiramos a un tratamiento privilegiado en el reparto de los ajustes presupuestarios. La reducción de las subvenciones y de las liberaciones institucionales por parte de las distintas administraciones ha comenzado desde hace tiempo y las perspectivas es que, en breve, pueden quedar reducidas a la nada o a unas cuantías muy inferiores a las existentes hace dos o tres años.

 

 

Estamos afrontando un proceso de cambios organizativos para hacer posible nuestro sostenimiento básicamente en función de los ingresos de las cuotas de nuestra afiliación y de nuestra propia actividad sindical. No es fácil en un pais donde no se promueve la afiliación sindical y donde el crecimiento del paro dificulta el mantenimiento de los niveles de afiliación existentes antes de la crisis. A pesar de todo, poco a poco lo estamos consiguiendo.

 

 

No parece recibir el mismo tratamiento la iglesia católica. ¿Por qué?