Réunión del Consejo Asesor del Viernes 20 de abril
Nos estamos acostumbrando a la dosis semanal de malas noticias que cada viernes, de una manera edulcorada, nos proporciona doña Soraya Saenz de Santamaría, tras la correspondiente reunión del Consejo de Ministros. Vemos como a marchas forzadas se está produciendo una imparable transición de un incipiente estado del bienestar a un nuevo estado de beneficiencia. Este viernes hemos conocido las decisiones que consagran los anunciados recortes en educación y sanidad, con el aditivo de la toma de control total de la radiotelevisión española. Pero, lo más terrible de este aciago 20 de abril es que también hemos conocido un adelanto de las nuevas medidas de ajuste del gobierno de Canarias, en la mesa general de empleados públicos, primero, y en la reunión del consejo asesor del presidente, después, que fueron aprobadas ayer en el consejo de gobierno.
Para hacer frente a la reducción de 800 millones de euros, como consecuencia de lo dispuesto en los PGE 2012, el Gobierno de Canarias aspira a ingresar unos 250 millones de euros con una subida generalizada de impuestos que se concreta en la subida de varios tipos del IGIC, el incremento en el tramo autonómico del IRPF y la supresión de algunas bonificaciones vinculadas a este impuesto, la recuperación del impuesto de sucesiones y donaciones, incrementos en el impuesto sobre combustibles y la creación de dos nuevas figuras impositivas sobre los depósitos bancarios y a las grandes superfícies.
En el capítulo de gastos, la medida de mayor calado es la reducción de un 5% del salario de los 62.000 empleados públicos de la administración autonómica que posiblemente se extenderá a los empleados públicos de ayuntamientos, cabildos y universidades canarias y que también se trasladará a los salarios del personal de la enseñanza concertada. Esta medida ya fue rechazada por los sindicatos presentes, entre los que se encontraba CCOO, en la reunión de la mesa general de empleados públicos.
Próximamente, tendremos la oportunidad de analizar con mayor detenimiento todas estas medidas de ajuste en el dictamen del correspondiente anteproyecto de ley que se la va a encargar, por la vía de urgencia, al Consejo Económico y Social. Lo cierto es que estamos ante unas medidas extremadamente graves que añaden mayores dosis de incertidumbre y desesperanza a la situación que estamos viviendo en Canarias. Sólo se atisban posibilidades de empeoramiento de la grave crisis en la que estamos inmersos: subida de impuestos, subida del coste de la vida con los incrementos en el coste de las tasas, la electricidad, la gasolina,... Y paralelamente, reducción generalizada de los salarios, tanto en el sector público como en el privado. Para terminar de cerrar este triángulo infernal, la subida de las tasas aeroporturias y otros factores ya están trayendo consigo la confirmación de una bajada importante en el número de reservas de camas turísticas.
Pero como venimos diciendo desde hace tiempo, ante la adversidad no cabe la resignación. Hay que movilizarse frente a las políticas que nos están llevando al abismo. Hay que esperar que en Europa se produzca un cambio en el respaldo a estas políticas que puede iniciarse hoy con la posibilidad de que Hollande acceda a la presidencia de la República de Francia. Hay que garantizar que no se pongan en marcha medidas adicionales que supongan una pérdida de empleos públicos,.... Hay que presentar alternativas viables a todo los ajustes.
En estos días, he oído a ciertos representantes empresariales exponer sus dudas sobre la efectividad de las medidas de control presupuestario que se han impuesto en Europa. Otros han vuelto a insistir en la solución "mágica" de liberar recursos para la inversión pública mediante la prestación de servicios públicos esenciales a través de los conciertos con entidades privadas. Lo primero nos lleva a posiciones comunes que facilitan la posibilidad de alcanzar acuerdos, lo segundo nos aleja y nos lleva inevitablemente a la confrontación y el conflicto.
Creo que lo que necesitamos todos, en estos momentos, es explorar la vía del consenso.
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