Una auténtica conmoción ha causado en Grecia el suicidio de Dimitris Christoulas, un jubilado de 77 años que, ante la posibilidad de verse obligado a urgar en los basureros para subsistir por la pérdida del poder adquisitivo de su pensión, tras los terribles "ajustes" del gobierno, ha preferido quitarse la vida.
Recordemos que en Túnez, el suicidio de un jóven que también se veia impotente para subsistir por los abusos del régimen dictatorial existente, dio lugar a una revolución popular que acabó con la dictadura.
Algunos están tensando la cuerda y si la "esperanza salta por los aíres" cualquier cosa puede pasar, incluso en el llamado "primer mundo".
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