Mariano Rajoy está desaparecido estos días, supongo que poniendo a punto el programa de gobierno que no supo (o no quiso) explicar en la campaña electoral.
Estará perfilando las medidas necesarias para cumplir su palabra de que España va a respetar sus compromisos con el plan de estabilidad europeo sobre el déficit público (en el 2013 no deberá superar el 3% del P.I.B.), va a pagar sus deudas y va a aplicar las "reformas estructurales" que reclaman el conglomerado de instituciones y entidades que constituyen lo que se denomina el mercado (agencias de calificación, fondos de inversiones, FMI, Banco Central Europeo,...).
Irremediablemente, todo esto se va a traducir en una pérdida importante del poder adquisitivo de los trabajadores/as, especialmente de los que se encuadran en los sectores más desfavorecidos que hace inviable el consumismo en el que se basa una parte importante de la actividad económica actual.
Si nos quieren apretar el cinturón, debemos prepararnos para que nos nos dejen sin aliento, intentando preservar aquellas cosas que realmente son esenciales para mantener unos niveles aceptables de calidad de vida, revisando nuestras prioridades y reforzando los mecanismos comunitarios de ayuda mutua.
En este contexto, las propuestas vitales basadas en el decrecimiento deben ser tenidas en cuenta para buscar salidas alternativas al abatimiento y la resignación. Aporto dos enlaces para documentarnos al respecto: un documental francés titulado "Simplicidad voluntaria y decrecimiento" y un artículo de la revista integral "Vivir mejor con menos".
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