Ya me he referido a la conveniencia de que los sindicalistas practiquemos alguna técnica de meditación. A continuación transcribo algunas técnicas de meditación y compasión que pueden ayudarnos a vivir más serenamente y más centrados en la buena vida.
El ejercicio matinal, tiene muchos beneficios y conduce directamente a sentir, mirar y escuchar. El ejercicio matinal se debe realizar antes de que la mente comience a ocuparse de otros asuntos.
Hay que sentarse erguido en una silla cómoda. Cerramos los ojos. Durante los primeros segundos prestamos atención al hecho de que uno se encuentra allí y relajarse. Ahora dirijamos nuestra atención al pie derecho, prestando plena atención a cualquier sensación que en este momento se manifieste en dicho pie. No hay que rechazar ni tratar de mantener ninguna sensación. Pasado alrededor de medio minuto modificamos el foco atencional pasando a la mitad inferior de la pierna derecha. Después pasamos a la mitad superior de la pierna derecha, luego a la mano derecha y así seguimos con el antebrazo derecho, la mitad superior del brazo derecho, luego a través del cuerpo pasamos a la parte superior del brazo izquierdo y seguimos hacia abajo hasta llegar al pie izquierdo. No hay que pasar a otra parte del cuerpo mientras uno no haya tenido algún contacto con cada una de las partes precedentes.
A esta altura del ejercicio matinal, uno empieza a experimentar el ensanchamiento de la estrechez atencional que conduce directamente a la forma de recuerdo del self que llamamos sentir, mirar y escuchar. Para eso, una vez que uno ha percibido el pie izquierdo hay que ampliar el foco atencional sintiendo simultáneamente los dos pies, ambas piernas, las dos manos, los dos antebrazos y las dos partes superiores de los brazos. Después, mientras se siguen percibiendo los brazos y las piernas, se escucha activamente cualquier sonido que se produzca en el entorno, manteniendo una actitud mental de escucha plena y con curiosidad, de cualquier sonido mientras uno percibe, con el mismo tipo de curiosidad, los brazos y las piernas. Después abrimos suavemente los ojos para mirar activamente alrededor, de modo que uno esté sintiendo, escuchando y mirando simultáneamente.
Ahora uno está practicando una forma de recordar el self. En la práctica sistemática de la observación del self, se debe mirar y escuchar con todas las facultades, ya sean las facultades emocionales, corporal / instintivas e intelectuales.
Uno está recordando su self. Hay que continuar sintiendo, mirando y escuchando el resto del día. El objetivo consiste en llegar a desarrollar tal habilidad que uno pueda recordar su self el resto de su vida.
Cuando las personas tratan por primera vez de sentir, mirar y escuchar, experimentan con frecuencia una claridad sutil, una sensación de estar más vivos y más presentes en la realidad del momento. Pero, después de los primeros momentos de sentir, escuchar y mirar, las personas se olvidan de seguir haciéndolo, a pesar de la obvia superación mental que sienten mientras lo están realizando. No resulta fácil la acción de sentir, mirar y escuchar. La dificultad radica en mantener la continuidad de la atención y en el esfuerzo que es necesario para ello. Se debe buscar activamente, sentir, mirar y escuchar, o de lo contrario uno no está haciendo realmente el ejercicio. A través de la práctica uno aprenderá a recordar su self y no por medio de largas preocupaciones o pensando en la razón por la cual uno no lo está realizando.
Una variante de este ejercicio para mejorar nuestra autoestima es “El ejercicio matinal de autoagrado”. Justo antes de empezar el ejercicio matinal ya descrito, pensar que “yo me gusto”. Sentirlo un poco y esbozar una pequeña sonrisa. Ahora hay que conservar esa sonrisa en la cara a lo largo de todos los pasos del ejercicio matinal; sonreír emocionalmente a cada una de las partes del cuerpo a medida que uno las siente.