Tony de Mello
En las cosas que verdaderamente importan, nadie puede enseñarte nada. ¿Hay alguna forma de saber sí lo que percibimos es la realidad o estamos atrapados por las fórmulas o recetas?
Hay al menos un indicio: si lo que percibes no encaja en ninguna fórmula, ni propia ni ajena; si, sencillamente, no puede expresarse con palabras.
Los maestros, lo más que pueden hacer es apuntar en dirección a la realidad, pero no pueden decirte lo que ven. Tendrás que aventurarse y descubrirlo por ti mismo.
Cuando prescindas de las fórmulas de los humanos estarás en la soledad del silencio. Un silencio que será lo único que veas. Y en el momento en que veas, renunciarás a todo tipo de libros, guías y gurús.
Desecha, pues, tus libros y tus fórmulas, atrévete a prescindir de tu maestro, sea quien sea, y mira las cosas por ti mismo. Atrévete a fijarte, sin temor ni fórmula alguna, en todo cuanto te rodea, y no tardarás en ver.
Hay al menos un indicio: si lo que percibes no encaja en ninguna fórmula, ni propia ni ajena; si, sencillamente, no puede expresarse con palabras.
Los maestros, lo más que pueden hacer es apuntar en dirección a la realidad, pero no pueden decirte lo que ven. Tendrás que aventurarse y descubrirlo por ti mismo.
Cuando prescindas de las fórmulas de los humanos estarás en la soledad del silencio. Un silencio que será lo único que veas. Y en el momento en que veas, renunciarás a todo tipo de libros, guías y gurús.
Desecha, pues, tus libros y tus fórmulas, atrévete a prescindir de tu maestro, sea quien sea, y mira las cosas por ti mismo. Atrévete a fijarte, sin temor ni fórmula alguna, en todo cuanto te rodea, y no tardarás en ver.
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