Después de un intenso día de trabajo alrededor de dos reuniones importantes (el consejo de CCOO Canarias y la reunión de la plataforma unitaria de sindicatos) que se han centrado en la organización de la próxima huelga general del 14 N, llego a casa con la cabeza llena de ideas y con el apremio de tantas cosas por hacer.
Constato que llevado por la hiperactividad sindical, últimamente, leo muchos titulares y pocos contenidos y, aunque detecto múltiples incitadores del pensamiento crítico, paso de largo, obsesionado por tener unas recetas para tantos "resfriados".
Ahora me doy cuenta que, en estos tiempos revueltos, necesito más que nunca centrarme en dos líneas de pensamiento que tienen que ver con lo que, a grandes rasgos, identifico con la vida exterior y con la interior.
En los próximos días voy a participar en una campaña para explicar lo que el movimiento sindical dice en relación a la crisis, las causas y las alternativas, el por qué de una nueva huelga general,... Se que a este trabajo tengo que darle el toque personal de la coherencia entre lo que digo, lo que pienso y lo que hago. Y para lograr esto, creo que debo mirar para dentro y tratar de ver esa realidad interior que facilite el tránsito de un yo gobernado por fuerzas inconscientes, un ser, muchas veces, dormido y automatizado, a alguien que, a través de la consciencia, puede llegar a ser el "nadie" que se puede llegar a ser cuando aquietas tu mente.
Y para conseguir aproximarme a esa meta, tengo que encontrar la manera de combinar la acción trepidante con la meditación y la serenidad. Estoy en ello.
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