Paco Morote (ATTAC Canarias) nos remite este pequeño DOSSIER con textos de análisis y denuncia de los PGE 2013. El carácter antisocial de los presupuestos de la deuda y de los recortes sociales está en el origen de la convocatoria de la huelga general popular del 14 N.
Los autores de los textos son Juan Torres, Vicens Navarro, Antonio Glez Viétez y la Coordinadora 25 S.
Presupuestos 2013, un engaño más
Juan Torres, 29 de septiembre de 2012
Como
se recordará, el Gobierno de Rajoy retrasó la presentación de los
Presupuestos de 2012 hasta después de celebradas las elecciones
andaluzas para ocultar a los electores sus incumplimientos y los
recortes tan duros que les imponía, en contra de lo prometido en su
programa electoral.
Este año vuelve a haber citas electorales pero no puede hacer lo
mismo. En lugar de ello, ha optado por presentar unos presupuestos para
2013 falseados, evitando producir un impacto muy negativo en la opinión
pública (por ejemplo, sin hacer referencia a lo que hará con la obligada
revalorización de las pensiones, que debería constar en estos
Presupuestos) y a sabiendas de que en los próximos meses, o incluso
semanas, tendrá que ir corrigiendo lo dicho ahora porque será imposible
que, con los números presentados, se cumplan los objetivos que va a
exigir Europa y que el propio Partido Popular dice haber asumido.
Sin perjuicio de que haya que analizar con más detalle el documento
presupuestario, las claves principales del que nos acaban de presentar
son las siguientes.
Escenario irreal
En
primer lugar, los Presupuestos 2013 están basados en un escenario
macroeconómico completamente irreal. Es materialmente imposible que, con
las políticas que se están aplicando y con las previstas, así como con
la evolución presente de nuestra economía se pueda conseguir que la
caída del PIB sea solo del 0,5% en 2013. Como también lo es que el
consumo privado disminuya tan escasamente como se prevé (-1,4%), que la
inversión solo descienda un 2,1%, frente a la caída de quizá más del 10%
que va a tener en 2012, que las importaciones disminuyan tan poco
(-1,5%), cuando lo más seguro es que el precio del petróleo suba
bastante, o que las exportaciones crezcan un 6% (frente a un 1,6%
estimado para 2012) cuando sabemos que nuestra producción de
automóviles, por ejemplo, está cayendo un 22%, que las pernoctaciones
turísticas disminuyeron un 10% en este verano, o que la economía europea
se va a resentir cada vez más por el efecto de las políticas de
austeridad.
Lo que hace el gobierno es recurrir a un viejo truco: se infla la
proyección de crecimiento y así las cifras presupuestadas de ingresos
son mayores, pudiendo presentar entonces mejores registros de saldo
presupuestario.
El tiempo dirá quién lleva razón. De momento, como se puede demostrar leyendo el libro Lo que España se necesita, quien
está equivocándose y mintiendo es el gobierno y por mi parte me permito
asegurar que con estos Presupuestos y con los recortes que conllevan
incluso será imposible que se alcance el objetivo de déficit de 3,8% del
PIB de la Administración Central y la Seguridad Social previsto para
2013. El gobierno de Rajoy está engañando una vez a los españoles.
Maniatados por la deuda
La segunda
característica de los Presupuestos de 2013 a mi juicio es que ya muestra
que la carga de la deuda y de los intereses es materialmente
insoportable. Uno de cada cuatro euros de gasto público irá destinado a
pagar intereses (38.590 millones euros, y eso en una previsión
igualmente optimista), de modo que el recorte conjunto que deberán hacer
los diversos ministerios (3.883 millones de euros) apenas sirve para
cubrir la mitad de los que van a aumentar respecto a 2012 (9.742
millones de euros, como he dicho, en estimación optimista).
Si a los intereses se añade el principal de la deuda que España va
acumulando, es fácil deducir que estos Presupuestos no resuelven nada
porque dejan a nuestra economía y a la sociedad en su conjunto con las
manos atadas: una deuda artificialmente alimentada y encarecida nos
consume sin remedio.
Recortes profundamente antisociales
El
Ministro de Hacienda miente también ante los españoles cuando afirma que
“el ajuste no se está haciendo sobre el gasto social”. La afirmación es
tan falsa y demagógica que avergüenza, máxime cuando son sus propios
compañeros de gobierno y de partido los que difunden a los cuatro
vientos que el Estado de Bienestar es una carga insoportables y que hay
que reducirlo drásticamente.
Los Presupuestos de 2013 hacen recaer el ajuste en los derechos
sociales y van a suponer una nueva rebaja del gasto social en España por
varias razones:
- Siguen suponiendo una pérdida de poder
adquisitivo de los trabajadores tanto por la congelación de salarios
directos (empleados públicos), como por la reducción de salarios
indirectos (educación, sanidad, servicios de dependencia) o salarios
diferidos (pensiones).
- Los recortes que se vienen realizando y que profundizan los
Presupuestos de 2013 son también muy antisociales porque debilitan, por
no decir que destrozan, las fuentes de creación del capital social
(formación, investigación, transferencia del conocimiento, redes
sociales, infraestructuras…) que son mucho más necesarias para la
población de menos renta de cara a generar por su cuenta nuevas fuentes
de ingresos y bienestar.
- El gobierno del Partido Popular sigue renunciando a realizar un
ajuste fiscal progresivo, equitativo y que equilibre el sacrificio de
los diferentes grupos sociales. En lugar de afrontar una lucha efectiva
contra el fraude y una reforma impositiva que permita aumentar la
recaudación sin deprimir el consumo y el empleo, se ha limitado a
realizar cambios mínimos que más bien pueden ocultar nuevas facilidades a
especuladores, poseedores de dinero negro y promotores.
- Miente también el Ministro en este aspecto si se tiene en cuenta
que las transferencias a las comunidades autónomas (que principalmente
se dedican luego a gasto social) disminuirán en 2013 en 1.175 millones
de euros (o en más si, como en 2012 hay recortes adicionales).
Nuevas leyes para concentrar privilegios y poder en los mercados
Como
en otras ocasiones, la presentación de los Presupuestos se aprovecha
para anunciar una batería muy amplia de normas orientada a reforzar la
libertad de las grandes corporaciones en perjuicio de los intereses
generales o incluso de los principios básicos de los estados
democráticos.
Esto último es lo que implica en mi opinión la creación de una
autoridad fiscal independiente que solo se puede interpretar como el dar
un paso más para vaciar de contenido a los parlamentos a la hora de
hacer que se ejecuten las preferencias que los ciudadanos expresan
cuando votan.
Y junto a esta propuesta, otras encaminadas, según dice el gobierno, a
liberalizar los mercados, pero que en realidad solo se destinan a
proteger aún más a los grupos económicos y financieros más poderosos. Su
resultado será el mismo que el alcanzado en otras ocasiones cuando,
defendiendo la libertad de mercado con grandes proclamas, se han
eliminado normas regulatorias y protección de los consumidores: mercados
más concentrados, precios más elevados, ingresos más altos para los
grandes propietarios.
En definitiva, estos Presupuestos son un engaño más del gobierno de
Mariano Rajoy: no se van a cumplir, pero contienen nuevos recortes y
medidas depresivas que van a empeorar aún más la situación. Los
empresarios pequeños y medianos, los que se dedican a crear riqueza y
precisan de financiación y demanda, no van a obtener lo que precisan y
estarán en peores condiciones para crear empleo o simplemente para
mantener abiertos sus establecimientos; los trabajadores y los
pensionistas van a ganar menos; España va a seguir perdiendo capital
social e intangible… Eso sí. El Partido Popular habrá sorteado mintiendo
una dificultad más procurando perder los menos votos posibles, que es
lo único que parece interesarle
La complicidad de Bruselas
Una última
consideración. Podría sorprender, que a pesar de que sea evidente que
parten de estimaciones inasumibles y nada realistas, Bruselas haya dado
enseguida su visto bueno a estos Presupuestos, diciendo que incluso van
más lejos de lo esperado. A mi juicio es normal: no les preocupa que
España se recupere o no, ni siquiera que llegue a cumplir sus propias
exigencias de déficits (ellos saben mejor que nadie que con más
austeridad es imposible lograrlo porque los ingresos caen mucho más que
los gastos: usan la exigencia como excusa no como objetivo posibilista).
Lo que buscan es simplemente que los bancos españoles paguen sus deudas
a los centroeuropeos y preparar el definitivo asalto a nuestra economía
que se producirá en la ya inmediata oleada de privatizaciones que van a
darse en España, unas preparados en bandeja directamente por el
gobierno, y otras como inevitable consecuencia del deterioro de los
servicios públicos mal financiados.
Hay que romper la soga
Los Presupuestos 2013 tensan aún más la soga que nos tiene atrapados y no hay más remedio que cortarla cuanto antes.
Pero el problema ya no es solo económico o financiero sino político y social. El PSOE primero y ahora el PP han descoyuntado a España. Ahora no hay
otra solución a nuestros problemas que poner sobre la mesa la imperiosa
necesidad de lograr un nuevo acuerdo de salvación social y nacional
(que dada la realidad de nuestro Estado debería ser en realidad, de
unidad plurinacional, federal). A estas alturas me temo que no hay más
que dos alternativas: mantener una confianza suicida en que la misma
Europa que nos hundió va a rescatarnos, o confiar en nosotros mismos y,
por primera vez, hacer frente a lo que nos está condenando inútilmente
al desastre y decir ¡Basta!, naturalmente, sin que eso signifique que no
debamos mirarnos al mismo tiempo hacia dentro y afrontar también
nuestras propias debilidades con transparencia.
Sin poner sobre la mesa un NO radical a seguir aplicando políticas
que nos arruinan, sin proponer una quita de nuestra deuda, repudiando la
ilegítima, y sin una renegociación con Europa de la política económica y
de las condiciones generales de consolidación del euro no tenemos
solución. Si los españoles quisiéramos, podríamos conseguir darle la
vuelta a la situación.
La gran estafa: el Presupuesto de 2013
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 30 de septiembre de 2012
Este
artículo analiza el contexto político que configura una serie de
hechos, incluyendo la preparación del presupuesto 2013 propuesto por el
gobierno del Partido Popular, acentuando el papel de las fuerzas
financieras, económicas y políticas que han determinado su contenido.
Estos últimos días de septiembre
ocurrieron cuatro hechos que definen con toda claridad la raíz del
problema al que España se enfrenta. Uno fue la presentación del
presupuesto por parte del Gobierno español en el que se indica que el
Estado tendrá que pagar casi 40.000 millones de euros a los acreedores
(la mayoría bancos extranjeros y españoles) para cubrir lo que se les
debe como consecuencia de tener que abonarles los intereses de la deuda
pública española que poseen. Esta elevada cantidad se debe a los altos
intereses de tal deuda, consecuencia, en gran parte, no de la
especulación de los mercados financieros –como constante y erróneamente
se asume en los medios donde la sabiduría convencional se reproduce–
sino de la oposición del Banco Central Europeo a comprar deuda pública
en los mercados primarios, es decir, directamente al Estado español,
como hace cualquier Banco Central digno de su nombre (tal como el
Federal Reserve Board de EEUU, el Banco de Inglaterra en Gran Bretaña o
el Banco de Japón). Los máximos beneficiarios de estos pagos del Estado a
los acreedores son los bancos españoles y europeos (entre los cuales
sobresalen los alemanes que tienen una excesiva dimensión, influencia y
protagonismo en las instituciones de la Eurozona) que recibieron
prestado dinero del mismo BCE a unos intereses por debajo de un 1%, con
el cual compraron deuda pública española a unos intereses del 6% y el
7%. Un negocio redondo para tales instituciones financieras, que
consiguieron gracias a la ayuda del BCE, que no es un banco central sino
un lobby de la banca y muy en especial de la banca alemana. A aquellos
que consideren el término lobby una exageración les aconsejo que lean,
no ya las actas del BCE (que son secretas) sino las publicaciones de tal
institución. Y verán si dicho término es o no adecuado para definir el
BCE, el mayor promotor hoy en la Eurozona de las políticas de austeridad
(austeridad, por cierto, que no aplica a su propio comportamiento, pues
acaba de estrenar una sede exuberante en Frankfurt que ha costado seis
veces más de lo inicialmente calculado y que albergará a los
funcionarios mejor pagados del establishment público europeo). En tales
boletines, la defensa de los intereses de la banca es central en la
percepción de lo que el BCE considera ser su función. Tal defensa se
viste con el traje de que “su misión es controlar la inflación”. En esta
defensa de sus intereses, irán a extremos que van desde desmantelar la
Seguridad Social en España, hasta recuperar la semana laboral de seis
días. Es, como bien dice Noam Chomsky, la lucha de clases unilateral de
una minoría –la banca– en contra de todos los demás.
El poder de la banca: el endeudamiento de España
Esta
deuda, sin embargo, está basada, en parte, en la enorme influencia de
la banca no solo sobre el BCE sino también sobre el Estado español. Hoy,
la influencia de la banca sobre la sociedad española rebasa cualquier
límite tolerable en un sistema democrático. Todos –desde los partidos
políticos, a la prensa, las empresas y las familias– están enormemente
endeudados con la banca. La actitud tan poco crítica de los medios de
información hacia el comportamiento de la banca y su dominio de la vida
política y mediática del país se basa precisamente en este hecho. En
lugar de denunciar esta relación obvia entre las instituciones
financieras y las instituciones políticas, los medios de mayor difusión y
los partidos mayoritarios atribuyen el endeudamiento al comportamiento
supuestamente irresponsable de las familias, de las pequeñas y medianas
empresas (las grandes tienen ya más dinero de lo que necesitan para
invertir) y del Estado. Es lo que se llama en inglés, el “victim
blaming”, es decir responsabilizar a la víctima de su propia tragedia.
En tal argumentación se ignoran y/u
ocultan varios hechos. El endeudamiento de las familias se debe a la
disminución de su capacidad adquisitiva, resultado del descenso de las
rentas del trabajo como porcentaje de la renta total del país, descenso
que ha sido mucho más acentuado durante los últimos años debido a las
reformas laborales y a la disminución salarial que tales reformas
intentaron y alcanzaron exitosamente.
El endeudamiento de las medianas y
pequeñas empresas se debe, en parte, al descenso de la demanda de sus
productos y servicios, consecuencia de la disminución de la capacidad
adquisitiva de las clases populares y también a la gran carestía del
crédito, resultado de la desviación de la actividad crediticia de la
banca hacia actividades especulativas más rentables como las inversiones
inmobiliarias, habiéndose establecido el maridaje banca-sector
inmobiliario que llevó al desastre.
El endeudamiento del estado se debe a las
políticas fiscales regresivas que han beneficiado sistemáticamente a las
rentas del capital y a las rentas superiores a costa de las rentas del
trabajo. Esta regresividad explica la gran pobreza del estado (los
ingresos al estado español son los más bajos de la UE-15, un 31% del
PIB, comparado con un 44% en el promedio de la UE-15 y un 54% en
Suecia). Y este problema se acentuó todavía más mediante las reformas
fiscales regresivas aprobadas en el momento de expansión económica
(estimulada por la burbuja inmobiliaria). Así, como resultado de la
reforma tributaria del 2006, el estado dejó de recoger en 2008 19.600
millones de euros (según los datos del Servicio de Estudios y
Estadísticas Fiscales del Ministerio de Economía y Finanzas). Los
impuestos sobre el capital descendieron un 39% y los de las rentas
superiores un 11%.
España no se hubiera endeudado tanto si
hubiera tenido un sistema tributario más justo y más avanzado. La bajada
de impuestos explica que el estado tuviera que pedir prestado a los
bancos para cubrir el agujero creado en sus arcas precisamente como
consecuencia de la bajada de impuestos a las rentas del capital y rentas
superiores. Como resultado de esta situación, el estado, además de
bajarles los impuestos a los súper ricos, ahora les paga unos intereses
muy altos, a través de los bancos, por los bonos que han comprado con el
dinero conseguido en los recortes de impuestos. Otro negocio más que
redondo, para el beneficio primordialmente de lo que se llamaba
burguesía financiera y los súper ricos.
Pero esta enorme necesidad de
endeudamiento fue una gran golosina, no sólo para la banca española sino
también para la banca europea y, muy en especial, la banca alemana. De
ahí que la banca alemana tenga hoy casi 200.000 millones de euros
prestados en el territorio español, tanto en deuda pública como privada.
Y está hoy muy preocupada pues el estallido de la burbuja inmobiliaria
(a la que contribuyó en gran medida a que se inflara) puede arrasar toda
la banca, incluida la alemana.
El llamado rescate al sistema bancario
Lo
cual me lleva al segundo hecho acaecido el 28 de septiembre. La
decisión del gobierno español de pedir el rescate a la banca, mediante
el préstamo de 40.000 millones de euros (casi la misma cifra que el
estado español tendrá que pagar a la banca por la deuda), para
asegurarse lo que se llama “la viabilidad del sistema bancario español”,
a lo que tendría que haberse añadido “y de la banca alemana”. Es decir
que el estado pide dinero (que tendrá que devolver el propio estado,
pagado por el ciudadano español) a las autoridades de la eurozona, donde
la banca alemana es muy influyente, para ayudar a la banca,
asegurándose así que no quiebre y que se pague a la banca alemana (entre
otras). Como bien dijo el asesor económico al gobierno alemán, el Sr.
Peter Bofinger, en su comentario sobre la aprobación de 100.000 millones
de euros para el rescate a la banca española “Esta ayuda no es a estos
países en problemas (como España) sino a nuestros propios bancos que
poseen una gran cantidad de deuda privada en estos países”.
Las condiciones leoninas del rescate: el presupuesto del Estado
Este
rescate se hace en condiciones leoninas que tendrán que pagar las
clases populares a base de enormes sacrificios y recortes, incluidos los
recortes que recoge el presupuesto propuesto por el gobierno el día 27
de septiembre, el tercer hecho digno de mención. La falta de medidas de
protección de la capacidad adquisitiva de los pensionistas y de los
desempleados es un ejemplo más de la insensibilidad social del
presupuesto que aparece con toda intensidad en los recortes de gasto
público social y disminución muy notable de la protección social. Su
brutalidad queda demostrada en que incluso la Troika indicó que las
medidas tomadas por el gobierno iban incluso más allá de lo que la
propia Troika les exigía. El gobierno español ha sido siempre el alumno
aventajado del establishment neoliberal que domina las estructuras de la
gobernanza de la eurozona.
Y todas estas políticas se presentan como
las únicas posibles, negando y ocultando la evidencia fácilmente
accesible de que sí las hay. El BCE podría actuar, por ejemplo, como un
banco central, con el objetivo de estimular la economía y no sólo
controlar la inflación. El estado español podría haber tenido ya en
anteriores presupuestos y en los actuales una política fiscal mucho más
progresiva, de manera que en lugar de recortar las pensiones (para
conseguir 1.200 millones de euros) podría haber mantenido el impuesto de
patrimonio (consiguiendo 2.100 millones) o anulado la bajada del
impuesto de sucesiones (consiguiendo 2.552 millones) o anulado la bajada
de impuestos a las personas que ingresen más de 120.000 euros al año
(consiguiendo 2.500 millones). O en lugar de recortar 6.000 millones en
sanidad, podrían haber anulado la bajada del impuesto de sociedades de
las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (y
que representan sólo el 0,12% de todas las empresas), consiguiendo con
ello 5.300 millones.
O en lugar de recortar 200 millones a los
servicios de atención a las personas con dependencias, podrían haber
eliminado el subsidio del estado a la Iglesia Católica para que enseñe
religión católica en las escuelas públicas del estado. Y así una larga,
larga lista mostrando que sí que hay alternativas, como Juan Torres,
Alberto Garzón y yo hemos documentado en el libro Hay alternativas.
Y el estado español podría dejar colapsar
bancos en España (Bankia es un caso claro), estableciendo bancas
públicas o subvencionando cooperativas de crédito que lo garanticen. El
rescate financiero es una ayuda más a la banca y a las rentas superiores
que son los mayores accionistas de tales bancos, sin que se garantice
el crédito. Hoy el obstáculo mayor al ofrecimiento de crédito es la
banca, cuyo poder en España es único en la UE y en la OCDE. Lo que
ocurre con los desahucios es un escándalo sin paralelo en otros países.
Estos tres hechos ocurridos al final de
septiembre son indicadores del enorme poder de una minoría que está
consiguiendo lo que siempre desearon: la destrucción de los sindicatos,
la eliminación de la protección social, la bajada de salarios y la
desaparición del estado del bienestar.
Permítanme que añada otro hecho digno de
mención. El cuarto hecho: las movilizaciones del movimiento 15-M y otros
movimientos para denunciar al Congreso, en Madrid. Fue sabio de este
movimiento renunciar a la ocupación del congreso. Pero fue digno de ser
aplaudido que intentaran denunciar lo que estaba ocurriendo dentro de
él, pues los otros tres hechos son un indicador de la violación a la
democracia que está ocurriendo en España. Ninguna de tales políticas
traducidas en aquellos tres hechos tiene un mandato popular. Hoy, la
mayoría del Congreso es un instrumento que claramente ni representa ni
está al servicio de la mayoría de la población española. Sus políticas
no han sido aprobadas por la ciudadanía española. No son los que se
manifiestan los que están atacando a la democracia sino los que están
dentro (refiriéndome a los partidos que están aprobando tales políticas
sin mandato popular) que están violando la democracia.
PRESUPUESTOS SAQUEADOS
ANTONIO GONZÁLEZ VIEITEZ
Antes que nada recordar que, desde el verano de 2007 (hace ya la friolera de cinco años), estamos metidos en la omnipresente crisis económica, que viene acompañada además por las otras crisis que padecemos.
Y la evidencia es que, al margen de los desastrosos resultados cosechados a lo largo de estos años, el mantra de la austeridad, del déficit y de disminuir el monto de la deuda, es el que sigue estando vigente, como se observa palmariamente en los Presupuestos Generales del Estado recién presentados para el 2013. Ya puede seguir creciendo el paro hasta cifras terribles, ya puede seguir hundiéndose el ritmo de la actividad económica que, como la ideología troquela el pensamiento, se sigue apostando por “los ajustes y las reformas estructurales”. Que, liberando las palabras de sus manipuladores propósitos y dejándolas expresarse con su natural claridad, lo que en realidad se dice es “recortar rentas y recortar derechos”.
Por eso, ya es una mayoría de opiniones, la que resalta que no tiene sentido insistir y volver a insistir, con la fe del carbonero, que la austeridad y los recortes nos salvarán a medio plazo. Es cierto que quienes estudian la historia de las crisis económicas demuestran que siempre, siempre, al final se han superado. Por eso, los verdaderos problemas son, primero, quiénes son de verdad los ganadores y los perdedores, segundo, si se podían haber ahorrado los millones de toneladas de sufrimiento humano que siempre suponen y, tercero, cuáles han sido las formas de organización y movilización social que se utilizaron para conseguir cambiar las cosas.
Pero como sobre todo eso, afortunadamente, ya se ha escrito mucho y bien, aquí solo se va a tratar de un único aspecto. Es cierto que solo este aspecto no nos valdría para salir del pozo en que nos han metido. Pero también creo que es verdad que su análisis, además de prestarnos una ayuda muy importante, nos abriría un montón de perspectivas en, al menos, dos aspectos fundamentales: a) el constatar que hay alternativas, que además se utilizan con naturalidad en otros países de referencia y b) que esas alternativas provienen del mismo tipo de instrumentos por el que, a lo largo de la historia, han ido ascendiendo las sociedades por la deslumbrante y compleja escala de la Civilización. A la postre, la transformación de ese aspecto podría suponer un importantísimo vuelco de la realidad actual.
Ese asunto es el que viene reflejado en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013 ( PP.GG.) como Gastos en el concepto de Deuda Pública.
Para empezar, hagamos algunos comentarios al respecto.
1).- En los PP.GG. del año anterior, 2012, la previsión inicial del coste de la Deuda Pública fue de 28.913 M€. aunque ya a mitad de ese año (debido al encarecimiento de los tipos de interés), esa cantidad se había elevado un 14,65%, hasta los 33.151 M€.. De ahí que, con las estimaciones más favorables para las arcas públicas, se puede precisar un monto final para 2012 de unos 35.000M€. Lo que supone hasta un 3,24% del PIB español.
En los PP.GG para 2013, la cifra inicial del coste de la Deuda Pública se sitúa en 38.590M€. Nada menos que un incremento del 33%. De acuerdo con las mismas estimaciones que hemos hecho para 2012 (que este año pudieran resultar mucho más elevadas, debido a las muy optimistas cifras definidas en el famoso cuadro macroeconómico), el monto para final de ese año podría ser superior a los 46.500M€. Lo que equivale al 4,32% del PIB y que viene a situarse, prácticamente, en el límite máximo de déficit permitido a España para el año que viene. Y es que el gasto en Deuda Pública se ha convertido en el 2º más importante (después de las Pensiones) entre todos los de los PP.GG. [Recordemos que todo el dinero que haya de dedicarse a pagar intereses de la Deuda, disminuirá en la misma cuantía el que pueda dedicarse a Educación, Sanidad, Dependencia, etc.,]
2).- ¿Son cantidades brutas o netas? En otras palabras ¿con esos dineros se salda parte del principal de la deuda, aparte los intereses? La respuesta es que no. Como en 2013 está previsto que vuelva a haber déficit (es decir, más gastos que ingresos en el ejercicio) y que siga subiendo el stock de deuda del país (desde el 70,2% del PIB en 2012 hasta el 90,5% en 2013), todo lo que se paga en concepto de Deuda Pública son intereses. Por tanto en 2013 no solo no se disminuye el volumen total de Deuda pública, sino que se presupuesta que va a aumentar.
3).- ¿Qué tipo de interés está presupuestado pagar en 2013? En el texto de los PP.GG. se precisa que el precio medio de toda la deuda subastada hasta el día de hoy (y viva) es el 4,12% (como se recordará el tipo de interés es el precio del dinero), al tiempo que el tipo de interés de las últimas subastas fue del 3,41%.
4).- Tipos de interés bancarios. Tenemos que recordar que hay dos distintos. El primero es el precio del €, su tipo de interés. Y éste no viene determinado por ningún mercado, sino que simplemente se fija por el Banco Central Europeo (BCE), de acuerdo con una compleja valoración que hace su Órgano de Dirección. En la actualidad está fijado en el 0,75%. Por tanto cuando inyecta liquidez (cantidad de dinero) al sistema financiero europeo, lo hace a ese precio. El segundo es el conocido como euríbor (superfamoso porque a él suelen estar referenciadas las hipotecas de todos nosotros los pobres mortales). Y el euribor no está fijado por nadie, sino que se determina en el mercado interbancario, reflejando el precio medio al que los bancos se prestan dinero entre sí. Por supuesto, tiene fluctuaciones como todo precio y, en la actualidad está en 0,74%. Y esta situación que existe en la actualidad es por completo anómala (el euríbor por debajo del precio oficial fijado por el BCE). Porque ¿cómo se puede entender que los bancos se presten dinero entre sí a un precio más bajo del que le cuesta? Y la única explicación posible es la que nos enseña la teoría económica más elemental. Que dice que un precio baja o bien porque hay mucho (sube la oferta) o bien porque se precisa poco (baja la demanda). Justo lo primero es lo que viene ocurriendo. Hay dinero a espuertas, al punto que las previsiones son que el BCE baje sus tipos en la próxima reunión de su órgano de dirección. Entonces ¿cómo es posible que en la práctica sea difícil y caro conseguir crédito cuando familias y empresas acuden a pedirlo? A mi modo de ver, por la sencilla razón que todos los bancos están a la expectativa de las emisiones de Deuda Pública, sobre todo de los Gobiernos de Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia…Porque consiguen beneficios infinitamente mayores y, en la inmensa mayoría de los casos, sin riesgo de impago (los casos islandés y griego, aunque por razones distintas, son poco significativos).
Puestos los mimbres al desnudo, es decir los datos de los PP.GG del 2013, y los tres distintos precios del dinero, ahora toca relacionarlos todos entre sí.
5).- Entonces la pregunta salta ella solita. ¿Por qué en los PP.GG se coloca el tipo de interés más caro de los tres que hay? ¿Por qué el 3,41%, en vez del 0,75%, o incluso del 0,74%? Porque la diferencia es sideral, se está aceptando un precio 4,6 veces más caro que el precio oficial del €. Si hacemos la comparación (en números redondos y ¡ojo! estimando por lo bajo) los 38.600M€ presupuestados inicialmente quedarían convertidos en 8.400M€ ¡Con un ahorro de 30.200M€! Si los cálculos lo hiciéramos de acuerdo con las estimaciones más restrictivas, los 46.500M€, bajarían hasta 10.100M€. ¡Con un ahorro, en este caso de 36.400M€!!!!!!!!!
Pero ¿cómo…..
Por la sencilla ¿razón? que el BCE no puede, según sus Estatutos, prestar dinero a los Gobiernos. Solo puede hacerlo directamente a los bancos privados para que éstos, a su vez, lo presten a los Gobiernos. Por tanto, son estos bancos los que se embolsan los 30.200M€ ó los 36.400M€. Como ganancias netas. Sin mover una ceja y, en la práctica, sin ningún riesgo. A eso es lo que llamo SAQUEAR LOS PRESUPUESTOS.
Para más inri, la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón, los otros tres principales Bancos Centrales del mundo prestan directamente dinero fresco a sus Gobiernos y, en la actualidad, lo están haciendo de forma contundente.
Alguien pudiera decir. “Es que el enorme tipo de interés que tiene que pagar el Gobierno de España (recordemos que este verano, durante semanas se estuvo pagando a la banca privada un tipo de interés superior al 7%) es reflejo de la enorme desconfianza que genera en los “mercados”. Porque, cuando hay plena confianza de los bancos entre sí, hasta el euríbor se coloca por debajo del tipo de interés oficial del €”.
Entonces aparece el “No Va Más” de toda esta trama saqueadora. Recordemos. ¿Por qué muchos bancos españoles han conseguido recuperar la confianza, o están en vías de hacerlo? Vuelvo y repito, recordémoslo bien. Porque el Gobierno, utilizando varias vías, en especial el FROB, ha suministrado cantidades industriales de dinero a los bancos. Y, por último, ha aceptado un rescate financiero de la UE, hasta un máximo de 100.000M€, para dejar a todos los bancos privados como los chorros del oro y que, además va a incrementar la Deuda Pública. El caso terrorífico de Bankia es el paradigma de todo este saqueo. Así y en la práctica, el Gobierno de España es el que proporciona confianza a la banca privada. Asume el papel de convertirse en el prestamista de última instancia del sistema financiero español. Pero, de acuerdo con los saqueadores, él mismo no inspira ninguna confianza. O para decirlo más correctamente, los PP.GG. aceptan que inspira 4,6 veces menos confianza que la banca privada. Así, los propios PP.GG. aceptan que, además de todo el dinero que el Gobierno está dando a la banca privada, el próximo año les va a “regalar” otros 36.000M€.
Todo esto es verdaderamente intolerable. Porque, fíjense, simplemente con hacer que el BCE hiciera lo mismo que los otros tres Bancos Centrales más importantes, tendríamos todo ese inmenso caudal de dinero para amortiguar una parte del sufrimiento y la desesperación a los que están condenando a nuestros conciudadanos. Y, además, con esa conquista, se iría abriendo una espaciosa vía, limpita, para ir abatiendo situaciones y estructuras injustas e ineficaces.
Por eso, si como mínimo, los Gobiernos de Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, incluso Bélgica…se plantaran conjuntamente y dijeran que no están dispuestos a seguir siendo saqueados por el actual modelo de financiación… Como es lógico esto es inimaginable, excepto si todos esos pueblos ¡a la de una! se movilizasen democráticamente, arrinconaran a sus gobiernos, cómplices del saqueo, y les forzaran a exigir el rescate del mismísimo BCE.
Entonces ¿qué pasaría?
El Diccionario de la Lengua Española dice que Utopía “Es un plan, proyecto…que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”
Y los momentos que nos toca vivir son hipervertiginosos. Es más, podemos hacerlos más veloces y contundentes contando con razones como esta de los Presupuestos Saqueados.
NO A LOS PRESUPUESTOS DE LA DEUDA, GENERADORES DE OPRESIÓN Y MISERIA
Publicado el 17/10/2012 por coordinadora25s
- Este texto fue entregado en el Registro del Congreso de los Diputados el próximo viernes 19 de octubre a las 10h. A continuación hubo una rueda de prensa en la que se explicaron esta y las acciones de la semana siguiente.
Estos presupuestos han sido elaborados sin tener en cuenta la situación material en la que se encuentra la población. Profundizan en una política fiscal regresiva y grandes recortes en sanidad, educación, dependencia, investigación, cultura, medio ambiente, etc. La modificación el año pasado del artículo 135 de la Constitución, sin consulta popular, hipotecó nuestra soberanía a los mercados y antepuso el pago de una deuda que no había sido generada por la población en detrimento de nuestros derechos. No hay presupuestos posibles que satisfagan nuestras necesidades en el actual marco político y constitucional.
El sistema institucional en el que estamos inmersos obvia, cuando no impide, la participación en las decisiones que afectan al conjunto de la población, limitándola a unas elecciones cada cuatro años tras las cuales la mayoría de los partidos incumplen sistemáticamente sus programas. Quienes deberían ser nuestros representantes políticos y actuar en función de la demanda popular para atender las necesidades reales, siguen el dictado de la Troika (BCE, FMI y UE), ajenos a la soberanía popular como simples mediadores de los intereses de los mercados.
El proyecto de presupuestos para 2013 refrenda las irracionalidades e injusticias en la organización y distribución de recursos públicos y medioambientales y reafirma que seremos la inmensa mayoría de la población quienes paguemos la deuda. Ésta, privada casi en un 80%, ha sido transformada en pública, y por tanto ilegítima, mediante rescates a bancos. El fin de los presupuestos para el año que viene es expropiar recursos que nos pertenecen para pagarla. Es imprescindible poner en marcha una auditoría ciudadana, pública y transparente que aclare cuánto se debe, por qué se debe, quién lo debe y quién debe pagarlo.
El neoliberalismo, constituido en pensamiento único desde los años 80, impone ahora una espiral de austeridad, recortes y deuda en todos los países del sur de Europa que no está sirviendo para mejorar la situación. Se pide el esfuerzo del pago de la deuda ilegítima a la sociedad civil mientras el fraude fiscal de las grandes fortunas alcanza niveles desorbitados con la intolerable connivencia de los poderes públicos y una política fiscal favorable al capital financiero. El proyecto de presupuestos para 2013 carga en la población el pago de una deuda impagable mediante nuevos recortes en derechos sociales y ecológicos (como los más que posibles recortes en el sistema de pensiones).
La aplicación de estos pesupuestos significará un retroceso en los derechos sociales adquiridos durante décadas y el sometimiento de varias generaciones al capital financiero. Rechazamos totalmente estos presupuestos antiecológicos, antisociales e inhumanos al tiempo que pedimos la apertura de un nuevo proceso constituyente, esta vez auténtico, con toda la participación popular posible.
Por todo ello, planteamos que el proyecto de presupuestos sea devuelto.
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