miércoles, 25 de julio de 2012

VIVIR SIN JEFE




Hay muchas personas que desarrollan trabajos como empleados por los que no sienten ninguna pasión, que los mantienen sólo por conseguir la remuneración de final de mes. Por otra parte están los emprendedores, gente que ha puesto en marcha una aventura empresarial y que suele atravesar todo tipo de problemas, excesos o dificultades hasta, si logran salir adelante, llegar a ver cumplido su sueño. En España, más de la mitad de los sueños empresariales fracasan en el primer año y tan sólo un quince por ciento supera los cinco años.

En el  libro "Vivir sin jefe" de Sergio Fernández, una de las figuras emergentes del coaching, el desarrollo y el crecimiento personal en España, se detallan y se dan consejos sobre los 50 principales errores que cometen con mayor frecuencia los emprendedores, planteando que "aprender de los errores requiere valentía, humildad y sabiduría".

La crisis está dando lugar a la creciente desaparición de los trabajos estables, seguros, para toda la vida y por cuenta ajena. Es una realidad a la que no se puede estar ajena desde un sindicalismo que aspira a renovarse y tener en cuenta los cambios que hay que afrontar actualmente en el mundo del trabajo.  

Como aún sólo he leído algo menos de la mitad de este libro, he realizado un resumen de la conferencia que el autor dio en las jornadas europeas sobre empleo juvenil, celebradas el pasado mes de abril en Las Palmas de Gran Canaria, en donde sintetizaba el contenido de este libro.

En contra de lo que podamos pensar, jamás ha habido tantas oportunidades para los emprendedores como las que existen actualmente.

Pero los nuevos tiempos exigen un nivel de desarrollo personal que es una condición necesaria para el desarrollo profesional.

El nuevo paradigma laboral se basa en la máxima de “encuentra algo que te apasione y luego vendrá todo lo demás”. Para ello hay que estar dispuestos a cometer errores y dejar de lado ciertas creencias que impiden cambiar y evolucionar o vivir desde el victimismo y no asumir responsabilidades.

Hay que prestigiar el error. Aventurarnos a hacer cosas diferentes y a poner en marcha “proyectos locos”. Hay que tener una actitud de agradecimiento hacia lo que nos pase, preguntarnos ¿Qué puedo y aprender de esto? ¿Qué es lo peor que me puede pasar si me arriesgo?

Una buena pregunta para empezar es definir ¿A qué me dedico? Una buena respuesta podría ser la de “empezar cosas” y tener tiempo para hacerlo superando el miedo que tenemos a las incertidumbres.

Hay una serie de errores que los emprendedores deben evitar cometer. Veamos algunos de ellos:

1)    Actuar desde el miedo no desde el amor. Tener uno ó dos “proyectos estrella” al año, basados en el conocimiento de en que somos buenos. Aceptar el encargo que nos hace la vida.
2)    No revisar nuestras creencias de vez en cuando. La manera de pensar condiciona los resultados. Seamos flexibles. Sólo cambiando nuestras creencias cambiaremos nuestras acciones y resultados.
3)    Plantearnos objetivos realistas. Lo malo es que ese realismo nos suele desestimular, no motiva. Partiendo de la condición de que deben ser retadores, debemos formularnos objetivos concretos, medibles, alcanzables y acotados en el tiempo. Es conveniente escribir esos objetivos. También tienen que tener sentido y dar significado a nuestras vidas.
4)    No reciclarnos constantemente. Necesitamos tener nuevas ideas para tener nuevos significados.
5)    Tener “trabajos” en lugar de “proyectos”. Hoy nuestro principal medio de producción es el cerebro. El valor que tiene el talento puede dar lugar a que el “talentismo” sustituya al “capitalismo”. Estamos inmersos en un tsunami de cambios y para abordarlos necesitamos gente creativa y flexible. Las buenas empresas no tendrán clientes, tendrán tribus… Por eso, si tu trabajo no te apasiona, búscate otro porque no lo haces bien. Lo primero a tener en cuenta es la autorrealización.
6)    Primero pensar y luego hacer. Hay que evitar los bloqueos de los excesos de pensamiento. Todo el mundo puede tener buenas ideas, pero la clave está en quien las lleva a la práctica.
7)    No poner la estadística a nuestro favor. Confiar en el poder de la ley de probabilidades. Para eso hay que ser persistente, intentarlo una y otra vez.
8)    No saber vender. No basta con hacerlo bien. Hay que saber explicar bien lo que hacemos, aprendiendo a formularnos preguntas interesantes y relacionar lo que hacemos con lo que podemos ayudar a otras personas.
9)    No tener una “marca personal”. Dejar de ser “marcas blancas” para ofertar un valor añadido diferenciado.

Nos podemos hacer algunas preguntas que nos ayuden a mejorar y a introducir cambios en nuestra vida como emprendedores:

  • ¿En qué medida lo que ofrezco es mejor que hace seis meses?
  • ¿Lo que me preocupa es un problema o un síntoma?
  • ¿Cómo puedo entregar más valor a más personas?
  • ¿Qué problemas soluciono exactamente?
  • ¿Estoy seguro que mis problemas son los del sector?
  • ¿Soy un experto en problemas imaginarios?
  • ¿Cuál es mi prioridad hoy?
  • ¿Soy popular o soy yo mismo?
  • ¿Estoy agradecido con lo que me sucede?

Pero la base de todo lo anterior es que los cambios sólo se producen cuando entramos en acción.


Pinchar arriba para ver la grabación de la conferencia que impartió Sergio Fernández en las "Jornadas Europeas sobre empleo juvenil"

2 comentarios:

  1. Desde luego que Sergio Fernández ha dado en el clavo con este libro.
    Probablemente sea el libro perfecto para la época que estamos pasando y que abrirá nuevos horizontes a muchos emprendedores indecisos de dar el paso decisivo.
    Muy buen aporte. Un saludo.

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  2. Gracias por el comentario cuyo contenido comparto. Un saludo

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