martes, 19 de junio de 2012

LA ECONOMÍA DEL MIEDO



Llevo leídas algo más de 50 páginas de "La economía del miedo" de Joaquin Estefanía.
 
 
Se trata de un libro de economía política que polemiza con la falsa salida ideólogica a la crisis, basada en que la mayoría de la población tiene que asumir la necesidad de los recortes, los ajustes, la austeridad, la reducción de la protección social, la aceptación de una mayor precariedad en todo, como única manera de recuperar lo perdido en el futuro.
 
 
Para imponer lo anterior, es necesario el control social basado en la "economía del miedo". El miedo que siempre ha sido un "fiel aliado del poder" y un "arma de dominación política y social" que además de los temores tradicionales, se asienta en el "miedo al otro", el que nos disputa los pocos empleos existentes y los menguantes beneficios del Estado del Bienestar. Y en medio de todo ello, "ha nacido el poder fáctico de los mercados".

Sometidos a la falsa alternativa entre la eficacia y la solidaridad, lo que se está poniendo en cuestión es "el derecho de la gente a tener derechos" y se está produciendo una creciente desigualdad en el interior de los paises, donde aumentan los extremos del espectro y se produce una acelerada proletarización de las clases medias. Las élites han roto el contrato social existente y no quieren pagar los costes de su pertenencia a la sociedad. Los desafiliados, los que se van quedando al margen, se sienten excluidos del sistema y de los valores democráticos. Los ciudadanos temen que sus hijos vayan a vivir peor que ellos, pero éstos últimos ya opinan abiertamente que "el sistema que no les acoge con normalidad es fallido, corrupto, indiferente e irresponsable".



Como bien ha señalado Joseph Stiglitz, "la crisis económica ha hecho más daño a los valores fundamenteales de la democracia que cualquier régimen totalitario en tiempos presentes".

Según Joaquín Estefanía, "se precisará un amplio consenso de los líderes y las fuerzas políticas más representativas para recuperar la normalidad en la estación término de la crisis". Este pacto tendría que  basarse en un objetivo común: "el bienestar de la población" y tendría que concretarse en "una política de reparto de la escasez, una austeridad compartida para recuperar la senda del crecimiento sostenible que es el único modo de generar empleo y una política de reformas para adaptarse a los nuevos tiempos que serán muy distintos a los anteriores".

Dificil tarea la nuestra (los sindicatos). Hacerle frente a la estrategia de dominación de las élites basada en el miedo y ofrecer alternativas a las tendencias nihilistas de los que se sienten excluidos y sin esperanzas. Plantar cara a la crisis y a los mercados mediante la resistencia y la movilización y, al mismo tiempo, dejar la puerta abierta a ese "amplio consenso" del que habla Estefanía. 
Joaquin Estefanía

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