Ayer
participé en una mesa redonda en Radio San Borondón sobre el proceso de
movilizaciones en el que estamos nuevamente inmersos las organizaciones
sindicales tanto en el Estado Español como en Canarias.
En
mi intervención destaqué que los sindicatos estamos desarrollando una estrategia
de movilización sostenida para forzar un giro en las políticas de recortes y
ajustes y para evitar un mayor intensificación de las mismas.
Ayer
mismo, tuvo lugar una novedosa huelga general en todo el estado en la enseñanza
pública con un apoyo notable de los
estudiantes y de los padres/madres de alumnos que culminó en unas concurridas
manifestaciones por la tarde.
Hoy
tendrá lugar en Canarias dos grandes manifestaciones de empleados públicos de
la Comunidad Autónoma, convocadas por la práctica totalidad de organizaciones
sindicales con presencia en el sector,
también para hacer frente a los sucesivos ataques a los servicios públicos, las
tendencias privatizadoras y las reducciones salariales.
Por
la noche, a las 22 horas tendrán lugar dos concentraciones ante las
delegaciones del gobierno en las dos capitales dentro de la campaña confederal NOCHE
Y DÍA CONTRA LA REFORMA LABORAL que ha dado lugar a la convocatoria de concentraciones
contra la reforma laboral coincidiendo con la aprobación definitiva de la
reforma laboral, mañana jueves 24 de mayo.
No
nos cansaremos de decir que se trata de una reforma inútil, injusta e ineficaz,
enmarcada en un ataque sin precedentes contra el estado del bienestar y los
servicios públicos.
Una
reforma con un fuerte contenido ideológico que refuerza el poder del
empresario, sobre todo de los menos emprendedores, que apuesta por la
individualización de las relaciones laborales que implica menos cohesión social
y que empuja a muchos ciudadanos al paro y la exclusión social.
Los
ajustes presupuestarios y la reforma laboral ponen en evidencia a un gobierno
que nos decía que por este camino se restablecería la confianza de las
instituciones internacionales y de los mercados en nuestra economía. Que las
reformas estructurales iban a impulsar la actividad económica y el empleo. Nada
de ello ha sucedido.
Los
últimos sucesos que contradicen lo anterior se han centrado en la seriea
amenaza de quiebra de nuestro sistema financiero y la nueva reforma financiera
que ha improvisado el gobierno y que genera bastantes dudas sobre su
efectividad y transparencia. Las consecuencias inmediata son nuevas
restricciones del crédito, la práctica desaparición del patrimonio social
acumulado por las cajas de ahorro y que todavía conservaba alguna vigencia con
la obra social (en Tenerife Cajacanarias está a punto de cerrar las dos
guarderías de su obra social) y la sospecha, cada vez más verosímil, de que el
saneamiento del sector va a recaer sobre los ciudadanos, en vez de sobre el
mismo sector en su conjunto o usando vias de financiación europea. No hay
ninguna garantía de que los fondos públicos no sean detraidos del gasto social
y de que esto se traduzca en una participación efectiva y prolongada del estado
en el control de estas entidades o en garantias adecuadas de recuperación de
los fondos públicos. Tampoco hay garantías de que esta intervención del estado
conlleve una adecuada depuración de las responsabilidades de los gestores y
supervisores responsables de lo que ha pasado con muchas entidades financieras.
Volviendo
a la reforma laboral, hay que destacar la cabezonería y el empecinamiento del
gobierno. No han dado ni un solo paso en la dirección del consenso después de
una huelga general de la envergadura de la del 29 de marzo. En otras ocasiones
ya nos hemos referido a las principales implicaciones de la reforma laboral por
lo que ahora sólo voy a referirme brevemente a las escasas novedades habidas en
la tramitación parlamentaria que apenas han introducido cambios relevantes.
Se
especifica que la caída en la facturación que pueden justificar las causas
económicas para la inaplicación del convenio o el despido objetivo, debe ser
obligatoriamente de ingresos ordinarios e inferior al registrado en el mismo
trimestre del año anterior. También se intenta suavizar el despido por
absentismo precisando que además de que este se de en el 20% de las jornadas
hábiles en dos meses consecutivos, o el 25% en cuatro meses discontinuos
durante un mismo periodo de 12 meses, tambien se exigirá que las faltas de
asistencia sumen un 5% de las jornadas hábiles durante los 12 meses anteriores.
Tampoco se computarán las ausencias que obedezcan a un tratamiento médico por
cáncer o enfermedad grave. Por último se prohibe el uso de los 12 meses de
periodo de prueba en el contrato para emprendedores en el caso de que el
trabajador haya ya desempeñado las mismas funciones con anterioridad en la
empresa bajo cualquier modalidad de contratación.
La
situación en Canarias con los ajustes presupuestarios es muy preocupante porque
tal como hemos visto en el dictamen del CES sobre el anteproyecto de medidas
administrativas y fiscales, ésta se ha hecho con un alto grado de
improvisación, sin analizar los posibles impactos de las medidas, sin diálogo y
negociación. Esto puede dar lugar, en un futuro inmediato, a medidas de mayor
calado que terminen en el despido de miles de empleados públicos, dando paso a
la iniciativa privada en la prestación de los servicios públicos y liberando
algunos fondos para retomar algunas inversiones, sobre todo, en el sector de
las obras públicas.
Se
nos quiere llevar al convencimiento de que poco se puede hacer ahora, lo único
que nos ofrecen es esperar a que pase el tiempo y hacer el recuento de los
cadáveres que se han quedado por el camino o bien confiar en las soluciones
milagrosas que vendrían de Europa con las intervenciones del BCE o algún giro
en las actuales políticas obsesionadas con el control del déficit público.
Independientemente de que ese giro es necesario, es prioritario empezar a
cortar las ramas que ocultan el bosque del camino a seguir para cambiar todo
esto.
Uno
de esos caminos es el de una profunda reforma fiscal que permita transformar el
injusto sistema tributario actual y que se describe muy bien en “El club de los
pringaos” que he reseñado en este blog. Hay que acabar con la realidad actual
de que en este país cuanto más ganas, menos pagas a la hacienda pública.
Es el momento de mantener el pulso, de expresar nuestro rechazo a lo que está pasando sustentándolo en que hay alternativas. Por eso, estamos organizando nuevas manifestaciones ciudadanas para el domingo 10 de junio en Canarias.
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