Parece que Bankia va a ser intervenida o nacionalizada. Se confirma lo que todo el mundo esperaba, tras el bombazo de la dimisión de Rodrigo Rato como presidente de una de las entidades financieras más importantes del estado. Todo ello ha acrecentado las dudas sobre la solvencia del sistema financiero español y la prima de riesgo se ha disparado nuevamente y hoy ha superado los 450 puntos, mientras que la bolsa ha experimentado otra bajada importante.
En apenas dos días, Bankia ha perdido más del 10% de su valor y la inquietud por lo que está pasando también afecta de lleno a Canarias, pues La Caja de Canarias fue una de las entidades engullidas en la fusión capitaneada por Caja Madrid.
Parece que la solución está en evitar con dinero público el cierre de la entidad, disfrazando la operación como un préstamo a largo plazo. La verdad es que el gobierno tendrá que emplearse a fondo para justificar el coste de esta operación, mientras se reducen gastos en servicios básicos y en inversiones públicas.
Tampoco cabe esperar la depuración de responsabilidades de los gestores de Bankia y de otras entidades financieras intervenidas o en situación de quiebra. Seguramente, el gobernador del Banco de España acabará tranquilamente su mandato y se irá con una "modesta pensión" a su casa y el Sr. Rato sólo podrá disfrutar de otra modesta indemnización de 1,2 millones de euros por dejar voluntariamente su cargo.
Las cajas de ahorro que eran lo más parecido a una banca pública que teniamos en España, han dejado de ser el patrimonio de muchos para evaporarse en las nebulosas de la mala gestión y en la apropiación de lo que queda por unos pocos operadores privados. Para entender lo que está pasando con nuestro sistema financiero, recomiendo la lectura del artículo "Al final de la escapada" de Chema Martínez, secretario general de COMFIA, la federación de servicios financieros de CCOO.
En estos días he tenido la ocasión de vivir de cerca el destino definitivo de lo que todavía sigue perviviendo como obra social de las antiguas cajas. Me refiero al caso de Cajacanarias y su intento de cerrar las dos escuelas infantiles de la obra social existentes en Tenerife que atienden a unos 300 niños de familias modestas. El patrimonio colectivo del pueblo de Tenerife ha quedado reducido a apenas un cero como algo de la Caixa y lo que va a quedar de obra social se le va a dar una orientación mercantilista subordinada a los intereses publicitarios de la entidad.
Por doquier asistimos a una expropiación generalizada del patrimonio colectivo de los ciudadanos (cajas de ahorro, servicios públicos,....) y, como siempre, hay algunos que van a seguir haciendo grandes negocios con todo ello. Estamos en caida libre y lo único que nos va quedando es el aleteo de la rebeldía para intentar levantar el vuelo...
En apenas dos días, Bankia ha perdido más del 10% de su valor y la inquietud por lo que está pasando también afecta de lleno a Canarias, pues La Caja de Canarias fue una de las entidades engullidas en la fusión capitaneada por Caja Madrid.
Parece que la solución está en evitar con dinero público el cierre de la entidad, disfrazando la operación como un préstamo a largo plazo. La verdad es que el gobierno tendrá que emplearse a fondo para justificar el coste de esta operación, mientras se reducen gastos en servicios básicos y en inversiones públicas.
Tampoco cabe esperar la depuración de responsabilidades de los gestores de Bankia y de otras entidades financieras intervenidas o en situación de quiebra. Seguramente, el gobernador del Banco de España acabará tranquilamente su mandato y se irá con una "modesta pensión" a su casa y el Sr. Rato sólo podrá disfrutar de otra modesta indemnización de 1,2 millones de euros por dejar voluntariamente su cargo.
Las cajas de ahorro que eran lo más parecido a una banca pública que teniamos en España, han dejado de ser el patrimonio de muchos para evaporarse en las nebulosas de la mala gestión y en la apropiación de lo que queda por unos pocos operadores privados. Para entender lo que está pasando con nuestro sistema financiero, recomiendo la lectura del artículo "Al final de la escapada" de Chema Martínez, secretario general de COMFIA, la federación de servicios financieros de CCOO.
En estos días he tenido la ocasión de vivir de cerca el destino definitivo de lo que todavía sigue perviviendo como obra social de las antiguas cajas. Me refiero al caso de Cajacanarias y su intento de cerrar las dos escuelas infantiles de la obra social existentes en Tenerife que atienden a unos 300 niños de familias modestas. El patrimonio colectivo del pueblo de Tenerife ha quedado reducido a apenas un cero como algo de la Caixa y lo que va a quedar de obra social se le va a dar una orientación mercantilista subordinada a los intereses publicitarios de la entidad.
Por doquier asistimos a una expropiación generalizada del patrimonio colectivo de los ciudadanos (cajas de ahorro, servicios públicos,....) y, como siempre, hay algunos que van a seguir haciendo grandes negocios con todo ello. Estamos en caida libre y lo único que nos va quedando es el aleteo de la rebeldía para intentar levantar el vuelo...
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