domingo, 23 de septiembre de 2012

UNA LLAMADA AL AMOR (MEDITACIÓN 12)


 
 
La verdadera felicidad no puede ser experimentada. No pertenece al ámbito de la consciencia, sino de la espontaneidad. Lo mismo sucede con la santidad. En el momento en que seas consciente de tu santidad, ésta se degradaría y se convertirá en santurronería. Las cualidades de la santidad son:
 
1) Su carácter espontáneo.
2) Su facilidad, o no necesidad de realizar esfuerzo alguno. Lo que más se puede conseguir a base de esfuerzo es represión, no verdadero cambio y crecimiento. El cambio es fruto únicamente del conocimiento y la comprensión.
3) No puede ser deseada.
 
Existen en nosotros dos motores para el cambio:
 
  •  La astucia del ego que nos incita a hacer esfuerzos para ser distintos de lo que se supone que somos. El ego colecciona métodos y técnicas e intenta "producir" personas supuestamente santas que en realidad son rígidas, faltas de vida e intolerantes con los demás y consigo mismas.
  • La sabiduría de la naturaleza, gracias a la cual nos hacemos conscientes y capaces de comprender. Es una fuerza creativa que podrás tener el día en que domine en tí el verdadero abandono, es decir, la ausencia de codicia, ambición, ansiedad y de obsesión por el esfuerzo, la ganancia, el triunfo y el éxito.
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