domingo, 16 de septiembre de 2012

LA AUSTERIDAD "PARA POBRES"


 
Decía hoy Antón Costas en su artículo en El Pais "Fatiga de austeridad y quebrantos políticos" que "la austeridad para pobres no solo es ineficaz para reducir el déficit y salir de la recesión, sino que obliga a pedir rescates". Al parecer empiezan a aparecer algunas señales de que estas políticas se empiezan a cuestionar en Europa, no solo por su falta de eficacia sino por la "fatiga social de consecuencias políticas preocupantes" a las que están dando lugar como el aumento del sentimiento independentista en Cataluña.
 
He creído ver ciertos deseos de emular en Canarias lo sucedido en la última "diada" catalana en las declaraciones del presidente Rivero sobre la necesidad de una respuesta unánime a los constantes agravios con Canarias del gobierno central. Yo he defendido en este blog la necesidad de tener objetivos comunes ampliamente consensuados en nuestras islas, pero no creo que en el sentimiento soberanista ni en las soluciones "centrifugas" esté la solución a nuestros males. 
 
Resulta paradójico ver a quienes defienden las políticas neoliberales y no cuestionan las recetas de la austeridad imperantes, abanderando las opciones independentistas, mientras crece la creencia entre las víctimas de que por esa vía se puede resolver mejor sus problemas. 
 
No creo que el "sálvese quien pueda", ni la fragmentacion de las alternativas a la crisis, sean la respuestas adecuadas a la "austeridad para pobres". Necesitamos respuestas integradoras donde las alternativas sean ampliamente compartidas y las movilizaciones que las impulsen sean los mas globales y unitarias posibles.
 
El objetivo, tal como lo plantea Antón Costas, debe ser la de introducir "los ajustes necesarios en la economía, pero sin provocar desigualdades ni quebrantos políticos" y para ello plantea que al menos tres cambios son necesarios en España:
 
1) El objetivo de reducción del déficit ha de apoyarse también en la austeridad para ricos.
2) Las políticas de reforma del estado de bienestar han de buscar un mejor reparto de responsabilidades entre el sector público, los beneficiarios y la sociedad.
3) Las reformas económicas han de buscar la competitividad no solo en la moderación salarial, sino con una reforma empresarial que fomente la productividad y una liberalización de los mercados de bienes y servicios que elimine los obstáculos a la competencia que hacen que los excedentes y los precios españoles sean mucho más elevados que los europeos.
 
Me temo que el actual gobierno español es prisionero de su rigidez para entender los ajustes que necesita nuestra economía y de su intención de remover los pilares del estado en base a sus concepciones ideológicas partidarias donde la igualdad y la tolerancia no son objetivos prioritarios. En consecuencia, es previsible que sigan profundizando en las reformas sustentadas en la austeridad para pobres y sea inevitable el agravamiento del conflicto social y político en el que estamos inmersos.

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