Documental sobre "El libro tibetano de los muertos"
En el budismo el tema de la muerte (o la impermanencia) es un tema omnipresente ya que la impermanencia es el concepto que sintetiza la naturaleza de las cosas, el hecho de que todo termina y vuelve a surgir.
El budismo tibetano se ha aproximado al tema con una perspectiva novedosa que se sintetiza en el llamado "Libro Tibetano de los Muertos" que se ha hecho muy popular en occidente. Fue escrito en el siglo VIII d. de Cristo con un profundo mensaje implícito: el arte de morir es tan importante como el de vivir.
A continuación expongo algunos pasajes del capítulo 2 (La ciencia tibetana sobre la muerte) del "Libro tibetano de los muertos" (Editorial Kairós) escrito por su traductor y comentarista Robert A. Thurman.
Para la ciencia occidental la muerte es una línea plana en un electroencefalograma que significa el cese de la actividad cerebral y de los latidos del corazón que conlleva la nada en la consciencia. Para el budismo, "la nada es la entidad conceptual que más claramente muestra el estatus ilusorio de todas las entidades conceptuales".
No hay evidencia alguna que tras la muerte nos espera "una tranquila nada". Pero los científicos materialistas responden que tampoco hay evidencia de la continuidad de la conciencia tras la muerte. Todo ello ha dado lugar al florecimiento de los dogmatismos acerca de la muerte: el religioso y el materialista.
La perspectiva materialista describe racionalmente el proceso de desarrollo material y causal, pero ¿por qué la mente no debería desarrollarse y mutar como el cuerpo? Los budistas responden a este interrogante con la creencia en el renacimiento.
El punto de vista budista sobre todo esto se basa en la "teoría del karma" que es muy parecida a la teoría darwiniana de la evolución. La teoría del karma describe una "gran cadena de ser", postulando una afinidad entre todas las especies observadas, y una pauta de desarrollo de una forma de vida en otra. El karma nada tiene que ver con el destino, es un proceso impersonal y natural de causa y efecto. Nuestro karma en un momento dado de la vida o de la muerte o del estado intermedio es una pauta de conjuntos de impulsos causales resultantes de anteriores acciones relacionadas con nuestro continuo vivir. El tiempo en el estadio intermedio, la transición entre una muerte y un nuevo renacimiento (el bardo de la muerte), es la mejor ocasión para tratar de influir conscientemente para mejor en el proceso causal de la evolución. En esto se centra el arte tibetano del morir recogido en "El libro tibetano de los muertos".
Para algunos "budistas heterodoxos" como Stephen Batchelor (ver su libro "Budismo sin creencias"), las teorías del karma y la reencarnación se basan en antiguas teorías metafísicas hindúes que al aceptarse como artículos de fe chocan con la ciencia moderna que explican la consciencia como una función cerebral. Frente al dilema de creer en la reencarnación o no, plantean una tercera alternativa: reconocer, con toda modestia, que no sé (agnosticismo).
El punto de vista budista sobre todo esto se basa en la "teoría del karma" que es muy parecida a la teoría darwiniana de la evolución. La teoría del karma describe una "gran cadena de ser", postulando una afinidad entre todas las especies observadas, y una pauta de desarrollo de una forma de vida en otra. El karma nada tiene que ver con el destino, es un proceso impersonal y natural de causa y efecto. Nuestro karma en un momento dado de la vida o de la muerte o del estado intermedio es una pauta de conjuntos de impulsos causales resultantes de anteriores acciones relacionadas con nuestro continuo vivir. El tiempo en el estadio intermedio, la transición entre una muerte y un nuevo renacimiento (el bardo de la muerte), es la mejor ocasión para tratar de influir conscientemente para mejor en el proceso causal de la evolución. En esto se centra el arte tibetano del morir recogido en "El libro tibetano de los muertos".
Para algunos "budistas heterodoxos" como Stephen Batchelor (ver su libro "Budismo sin creencias"), las teorías del karma y la reencarnación se basan en antiguas teorías metafísicas hindúes que al aceptarse como artículos de fe chocan con la ciencia moderna que explican la consciencia como una función cerebral. Frente al dilema de creer en la reencarnación o no, plantean una tercera alternativa: reconocer, con toda modestia, que no sé (agnosticismo).
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