Hoy hace un año que oficialmente dejé de ser un trabajador en activo para pasar a mi actual condición de jubilado. Coincidió ese hecho con los lamentables sucesos acaecidos en Cataluña como consecuencia del Referéndum de Autodeterminación convocado por la Generalitat de Cataluña y ferozmente reprimido por las fuerzas de seguridad del Estado.
Pasado un año paso revista a lo sucedido en el plano personal y social y el balance final es agridulce. Aunque a nivel personal estoy entendiendo la relación entre jubilación y júbilo, a nivel social no puedo dejar de mostrar mi preocupación por la situación política en el Estado Español que tiene en Cataluña uno de los frentes de mayor inestabilidad.
En su momento ya mostré mi desacuerdo con las medidas llevadas a cabo por el bloque independentista catalán, pero también con la torpe y desproporcionada intervención de la policía y la guardia civil a instancias del gobierno de Rajoy.
Estar jubilado en tiempos de crisis es lo que me ha tocado vivir en este periodo vital otoñal y espero que las dificultades sean una oportunidad para encontrar vías de evolución positiva en todos los planos de la existencia. Para ello, es fundamental encontrar fórmulas de entendimiento y acuerdo en Cataluña donde la polarización existente en relación a la independencia debe dar paso a la reconstrucción de los puentes que en su momento existían entre las distintas concepciones sobre lo que es y deberá ser Cataluña.
En esta entrada recojo distintas informaciones y opiniones sobre lo sucedido el 1-O y sobre como afrontar la situación actualmente (la opinión de Revilla).
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