martes, 19 de julio de 2016

TRIPLE FOCUS


Daniel Goleman y Peter Senge han escrito este libro que acabo de leer y que evoca otro anterior de Goleman que leí hace algunos años: "Focus". Plantean un triple enfoque para trabajar las habilidades básicas de comprensión. La primera competencia es la "autoconsciencia" o el enfoque en uno mismo, la segunda es la "empatía" o el enfoque en las otras personas y la tercera es el "pensamiento sistémico" o el enfoque en el mundo que nos rodea.

El objetivo del libro, tal como se describe en la contraportada, es "la asimilación de estos tres conceptos como motores del sistema de aprendizaje para que los niños de hoy se conviertan en estudiantes más felices, más tranquilos y más maduros, con el propósito de alcanzar el éxito en sus vidas y contribuir a los cambios sociales vitales necesarios para afrontar el futuro inmediato".

Las dos primeras competencias forman parte de lo que actualmente es un movimiento pedagógico global denominado Aprendizaje Social y Emocional (SEL en sus siglas en inglés) que se centra en la enseñanza de cinco capacidades esenciales: consciencia de uno mismo, autogestión, empatía, habilidades sociales y toma de buena de decisiones. La consciencia de uno mismo -dirigir la atención a nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos-es el primer paso para conducirnos bien. Los centros cerebrales del aprendizaje operan al cien por cien cuando estamos centrados y tranquilos; si nos disgustamos o preocupamos, ya no funcionan tan bien. La atención es la herramienta fundamental para aprender. Por eso el SEL trata de enseñar a los niños a ser "conscientes", lo que significa poner atención en lo que piensan y sienten sin dejarse arrastrar por alteraciones internas.

Pero no basta con el autodominio. El SEL también se centra en enseñar a los niños a centrarse en los demás que es la base de la empatía. La clave de la compasión es estar dispuesto a ayudar y esto se puede aprender.

Hay tres clases de empatía:
  • La empatía cognitiva que se centra en entender cómo ven el mundo y qué piensan de él las demás personas.
  • La empatía emocional que nos proporciona una sensación interna instantánea sobre lo que siente la otra persona.
  • La preocupación empática que conduce de forma natural a la acción empática. 
Este último tipo de empatía es el fundamento de lo que se ha denominado el aula del afecto en la que el profesor personifica e inspira la amabilidad y la preocupación por sus alumnos y estimula la misma actitud entre ellos.

En un mundo cada vez más interdependiente e interconectado se necesita también promover la inteligencia sistémica y enseñar los hábitos del pensamiento sistémico que implica la transformación de la pedagogía y la cultura de la escuela y que es incompatible con el intentar enseñar a los niños cosas que no tengan sentido o que no esté conectado de alguna manera con su vida.




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