lunes, 4 de julio de 2016

MERLÍ


Desde el pasado mes de abril podemos ver en La Sexta la serie Merlí que se empezó a emitir en la televisión catalana (TV3) sobre las andanzas de un profesor de filosofía en un instituto. Pere Solé Gimferrer publicaba un artículo en La Vanguardia donde daba 5 razones para ver esta serie:

1) Cuenta con un reparto ejemplar
Los métodos de Merlí no son como los del resto de profesores. Su misión es impartir conocimientos y que sus alumnos entiendan las principales líneas de pensamiento de la filosofía, aunque haya que romper con lo establecido y tener un trato con los alumnos más cercano. Francesc Orella no puede vender mejor este vividor que siente los principios de las clases que imparte y que luego demuestra muchas incoherencias en su vida privada: es un referente para sus discípulos, a los que llama peripatéticos, pero es incapaz de generar ningún vínculo afectivo con su hijo Bruno que ahora también es su alumno, y predice un respeto que brilla por su ausencia en su relación con las mujeres con las que flirtea.
Pero también hay que destacar el trabajo del reparto juvenil. David Solans, Candela Antón, Albert Baró, Marcos Franz, Adrian Grösser, Pau Poch, Carlos Cuevas, Júlia Creus o Iñaki Mur no solamente están muy bien elegidos en sus papeles sino que se nota el trabajo detrás de las cámaras. Los productores mandaron a los chicos a pasar unos días en una casa de colonias para que desarrollaran complicidad y el experimento permitió una química palpable en las relaciones de amistad de los estudiantes.
2) La filosofía, fuente de sabiduría
Puede que sea difícil entender la razón de ser de la filosofía mientras todavía estás estudiando. Es una asignatura sobre pensamientos, que no entiende de tests y que no puede empollarse sino que debe comprenderse. Pero Merlí ayuda a contextualizar la filosofía como generador del pensamiento crítico y así reivindica su importancia ahora que se pone en duda su papel en el sistema educativo. El creador Héctor Lozano, que escribió los trece episodios de la primera temporada, además supo relacionar las tramas individuales con el temario de filosofía y resulta refrescante recordar la importancia de Hume, Nietszche, Platón, Aristóteles o Sócrates. Si estudiaste bachillerato, de repente te encajarán las piezas.


3) La lectura social
Cada personaje tiene un conflicto dramático que obliga a adentrarse en temáticas sociales. Pol aprovecha su imagen de chico popular para disimular que en casa no llegan a final de mes, Bruno está enamorado en secreto de su mejor amigo, Iban lleva meses sin salir de casa por culpa delbullying y Mónica, la nueva, descubrirá el reverso negativo de la cultura del whatsapp y las redes sociales. Merlí no vive alejada de la realidad como tampoco se olvida que se trata de ficción. Hay mucho drama, los personajes resultan cercanos y los líos románticos generaron mucha expectación durante su emisión en Catalunya (atentos al momento “palote”).
4) El buen rollo
Pero si alguien espera un Friday night lights a la catalana, mejor que elimine esta mentalidad si quiere disfrutar de la serie. Merlí no es para nada una serie deprimente sino que quiere transmitir buen rollo. Cada problema tiene una solución por más que cueste encontrarla y los peripatéticos son un grupo disfuncional pero unido por la amistad. ¿Vuela algún puñetazo de vez en cuando y se roban la novia? Puede ser. Pero al final del día Merlí les da una lección filosófica para enfrentarse a sus problemas con una actitud positiva. Probablemente es este punto el que permitió que fuera un fenómeno en Catalunya: los jóvenes veían elementos de su día a día en la serie pero no les hundía en la miseria.
5) Las ovejas rosas
Y, finalmente, Merlí aborda con especial tacto la homosexualidad. El personaje de Bruno, por ejemplo, no tiene el mismo conflicto de siempre. No teme salir del armario por culpa de presiones familiares (al contrario, Merlí y la abuela le apoyarían sin ningún problema) sino que es él mismo el que tiene problemas con su propia sexualidad. Pero la mejor reflexión llega más adelante en la temporada cuando se reta la heteronormatividad, todavía tan presente en la sociedad, con la aparición de un nuevo personaje.
Pero no nos adelantemos que Merlí sólo está comenzando su curso en laSexta y mejor que los espectadores se encaprichen por si solos con esta galería de jóvenes que no redefine el género pero sí aporta una obra notable al (injustamente) despreciado género teen.
Puedes ver los capítulos emitidos entrando en este enlace.

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