Querido
amigo, querida amiga:
Como sin
duda sabrás porque se ha publicado en todos los medios de comunicación, la
dirección regional del sindicato, elegida en el IX Congreso, ha cesado en sus
funciones, como consecuencia de la dimisión simultanea de cinco de sus
componentes, lo que conlleva, en aplicación de los estatutos del sindicato, la
disolución de la Comisión Ejecutiva y su sustitución por una dirección
provisional elegida por la Comisión Ejecutiva Confederal Estatal.
En nuestra
opinión es innegable que el sindicato atraviesa una crisis importante y que
crisis similares afecten al resto del movimiento sindical e incluso a la misma
estructura social e institucional de la democracia en todos los ámbitos, no es
excusa para que quienes hemos tenido la responsabilidad de dirigir Comisiones
Obreras Canarias no nos sintamos obligados a responder de nuestra actuación
concreta.
Hemos
dirigido la organización en momentos especialmente duros, en los que la retracción
de la actividad económica y la destrucción de empleo han originado una perdida
de casi la cuarta parte de la afiliación. Hemos pasado de tener un cierto
soporte institucional para nuestra actividad consistente en la cesión de
liberados y subvenciones para las organizaciones sindicales a ser acreedores
del gobierno autónomo que se ha distinguido en esta legislatura por ser el mas
agresivo contra el sindicalismo de clase y contra el diálogo social de la
historia de la autonomía.
Nos hemos
visto obligados a reducir significativamente la plantilla, hemos tapado
agujeros de gestión como los servicios jurídicos que generaban graves
desequilibrios financieros y organizativos,
hemos desvinculado a la estructura territorial del sindicato de la
formación por mandato confederal. En definitiva, la dirección saliente no solo
era consciente de que atravesamos un momento especialmente delicado para el
sindicato, sino que ha venido tomando medidas coherente con ese diagnostico y
en permanente colaboración con la dirección estatal del sindicato.
Porque la
intervención confederal en Canarias no se inicia ahora con la composición de la
dirección provisional. Hace mas de un año el compañero Fernando Lezcano y la
compañera María Cardeñosa iniciaron formalmente un proceso de participación en
las decisiones financieras de Comisiones Obreras Canarias, hay que decir que a
solicitud de la dirección regional y mucho tiempo después de haberse
solicitado.
Desde
entonces, todas las decisiones de gestión son responsabilidad compartida entre
la dirección estatal y la canaria, y algunas como el cierre total y definitivo
de FOREM o la ruptura con el despacho jurídico de Ignacio Cestau han sido
impuestas directamente por la dirección confederal bajo amenaza de no liberar
los fondos necesarios para hacer frente a las obligaciones económicas del
sindicato en Canarias.
No es
verdad esa imagen que puede crearse de un agujero sin límite en el que la
dirección confederal pone dinero ilimitadamente y a fondo perdido. Por el
contrario la liquidez aportada por la confederación es un préstamo que vamos a
tener que devolver con intereses de mercado y, además, ha conllevado la
intervención completa en los asuntos financieros de Comisiones Obreras Canarias
hasta el punto de que cualquier gasto relevante ha sido autorizado previamente
por Madrid.
Hay que
resaltar que desde el primer momento de esa intervención algunos de los que firmamos este escrito pusimos nuestros cargos
a disposición de la dirección estatal y acabamos pactando un proceso de
transición que terminase en un congreso extraordinario para la primavera de
2015. Nuestra salida de la dirección estaba pactada y aún mas, se había
adelantado de manera que en los primeros días de diciembre abandonaríamos nuestras
responsabilidades y seríamos sustituidos por el mecanismo que se utiliza ahora.
Quienes
intentan separar este proceso del conflicto surgido en el proceso de fusión de
las federaciones de COMFIA y Hostelería, no tienen manera de explicar la
necesidad de adelantar quince días algo que estaba anunciado de antemano y que
sabían que se iba a producir. Solo la ingerencia de un proceso en el otro, la
burda maniobra de alterar la composición de la ejecutiva regional desde una
decisión disciplinaria que “cautelarmente” priva de la mayoría a quien se la
dio el congreso y la inevitable oposición de este órgano a que se consume este
atropello, justifican el paso dado y la disolución de una ejecutiva que ha
colaborado con exquisita lealtad con la dirección confederal en el gestión de
la crisis del sindicato en Canarias.
Dicen que
quien calla otorga y no queremos otorgar. Somos gente de Comisiones Obreras y
como tal gente difícil de silenciar. No aceptamos que se altere el juego de mayorías
y minorías emanado de un congreso, salvo en el siguiente congreso y mucho menos
que para hacerlo, se utilice la vía disciplinaria y se amenace con la expulsión
a dirigentes de este sindicato cuyo vinculo y compromiso con la organización
lleva, en algunos casos, treinta años demostrándose. No aceptamos la autoridad
personal de nadie para suspender un congreso legalmente convocado y que la
alternativa a la falta de acuerdo para los órganos de dirección sea el
aplazamiento del congreso hasta construir la mayoría adecuada, el congreso fue
convocado en tiempo y forma, la elección de delegados se hizo sin impugnaciones
y no cabe mas solución que la celebración del congreso, si es con acuerdo para
los órganos de dirección, mejor, pero si el acuerdo no es posible, en
aplicación del resultado de la votación de los delegados y delegadas electas.
Ha sido
este conflicto, el intento de resolverlo por la vía disciplinaria, la
traslación del mismo a la comisión ejecutiva regional, el desencadenante de los
acontecimientos y la causa de que el acuerdo global que había permitido una
gestión razonable de la situación, haya saltado por los aires y no se acabará
nunca hasta haber restaurado dos principios básicos en esta organización. Uno
es que aquí no sobra nadie y mucho menos el discrepante y dos que los órganos
de dirección y representación del sindicato lo eligen los afiliados y afiliadas
de los ámbitos correspondientes a través de sus respectivos congresos y sin
ingerencias de quienes debían tener exclusivamente un rango de invitados y como
tal, debieran comportarse.
Lejos de
la pasividad que algunos nos reclaman, nos parece que este es momento de
hacernos oír. Hablar de crisis no es ningún signo de derrotismo, ni de
debilidad. Por el contrario, las organizaciones sobreviven a los momentos
difíciles cuando los encaran y cuando sus integrantes, cada uno desde su ámbito
de actuación, ejercen sus derechos y sus deberes y cuando se implican en las decisiones
que se toman.
Es momento
de intervenir para evitar la expulsión de compañeros y compañeras por discrepar,
porque si las toleramos, nadie estará a salvo. Es momento de defender la
legalidad interna de impedir que se pueda congelar al máximo órgano de
dirección de una estructura del sindicato hasta construir una mayoría
conveniente. Desde la tranquilidad y el respeto escrupuloso a los estatutos del
sindicato es tiempo de actuar, de decidir… Todos y todas sin exclusiones, sin
privilegios, siendo conscientes de lo que somos: trabajadores y trabajadoras,
compañeros y compañeras.
Firmantes de la carta: Carmelo Jorge Delgado, Francisco Javier Fernández
Martín, Francisco Pozo Vozmediano, Guadalupe Santana Almeida, Juan Jesús
Arteaga Lorenzo y Pedro José Borges Medina (integrantes de la extinta comisión
ejecutiva de CCOO Canarias)
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