martes, 25 de noviembre de 2014

CARTA ABIERTA A LA AFILIACIÓN DE COMISIONES OBRERAS CANARIAS


Querido amigo, querida amiga:

Como sin duda sabrás porque se ha publicado en todos los medios de comunicación, la dirección regional del sindicato, elegida en el IX Congreso, ha cesado en sus funciones, como consecuencia de la dimisión simultanea de cinco de sus componentes, lo que conlleva, en aplicación de los estatutos del sindicato, la disolución de la Comisión Ejecutiva y su sustitución por una dirección provisional elegida por la Comisión Ejecutiva Confederal Estatal.

En nuestra opinión es innegable que el sindicato atraviesa una crisis importante y que crisis similares afecten al resto del movimiento sindical e incluso a la misma estructura social e institucional de la democracia en todos los ámbitos, no es excusa para que quienes hemos tenido la responsabilidad de dirigir Comisiones Obreras Canarias no nos sintamos obligados a responder de nuestra actuación concreta.

Hemos dirigido la organización en momentos especialmente duros, en los que la retracción de la actividad económica y la destrucción de empleo han originado una perdida de casi la cuarta parte de la afiliación. Hemos pasado de tener un cierto soporte institucional para nuestra actividad consistente en la cesión de liberados y subvenciones para las organizaciones sindicales a ser acreedores del gobierno autónomo que se ha distinguido en esta legislatura por ser el mas agresivo contra el sindicalismo de clase y contra el diálogo social de la historia de la autonomía.

Nos hemos visto obligados a reducir significativamente la plantilla, hemos tapado agujeros de gestión como los servicios jurídicos que generaban graves desequilibrios financieros y organizativos,  hemos desvinculado a la estructura territorial del sindicato de la formación por mandato confederal. En definitiva, la dirección saliente no solo era consciente de que atravesamos un momento especialmente delicado para el sindicato, sino que ha venido tomando medidas coherente con ese diagnostico y en permanente colaboración con la dirección estatal del sindicato.

Porque la intervención confederal en Canarias no se inicia ahora con la composición de la dirección provisional. Hace mas de un año el compañero Fernando Lezcano y la compañera María Cardeñosa iniciaron formalmente un proceso de participación en las decisiones financieras de Comisiones Obreras Canarias, hay que decir que a solicitud de la dirección regional y mucho tiempo después de haberse solicitado.


Desde entonces, todas las decisiones de gestión son responsabilidad compartida entre la dirección estatal y la canaria, y algunas como el cierre total y definitivo de FOREM o la ruptura con el despacho jurídico de Ignacio Cestau han sido impuestas directamente por la dirección confederal bajo amenaza de no liberar los fondos necesarios para hacer frente a las obligaciones económicas del sindicato en Canarias.

No es verdad esa imagen que puede crearse de un agujero sin límite en el que la dirección confederal pone dinero ilimitadamente y a fondo perdido. Por el contrario la liquidez aportada por la confederación es un préstamo que vamos a tener que devolver con intereses de mercado y, además, ha conllevado la intervención completa en los asuntos financieros de Comisiones Obreras Canarias hasta el punto de que cualquier gasto relevante ha sido autorizado previamente por Madrid.

Hay que resaltar que desde el primer momento de esa intervención algunos de los que  firmamos este escrito pusimos nuestros cargos a disposición de la dirección estatal y acabamos pactando un proceso de transición que terminase en un congreso extraordinario para la primavera de 2015. Nuestra salida de la dirección estaba pactada y aún mas, se había adelantado de manera que en los primeros días de diciembre abandonaríamos nuestras responsabilidades y seríamos sustituidos por el mecanismo que se utiliza ahora.

Quienes intentan separar este proceso del conflicto surgido en el proceso de fusión de las federaciones de COMFIA y Hostelería, no tienen manera de explicar la necesidad de adelantar quince días algo que estaba anunciado de antemano y que sabían que se iba a producir. Solo la ingerencia de un proceso en el otro, la burda maniobra de alterar la composición de la ejecutiva regional desde una decisión disciplinaria que “cautelarmente” priva de la mayoría a quien se la dio el congreso y la inevitable oposición de este órgano a que se consume este atropello, justifican el paso dado y la disolución de una ejecutiva que ha colaborado con exquisita lealtad con la dirección confederal en el gestión de la crisis del sindicato en Canarias.

Dicen que quien calla otorga y no queremos otorgar. Somos gente de Comisiones Obreras y como tal gente difícil de silenciar. No aceptamos que se altere el juego de mayorías y minorías emanado de un congreso, salvo en el siguiente congreso y mucho menos que para hacerlo, se utilice la vía disciplinaria y se amenace con la expulsión a dirigentes de este sindicato cuyo vinculo y compromiso con la organización lleva, en algunos casos, treinta años demostrándose. No aceptamos la autoridad personal de nadie para suspender un congreso legalmente convocado y que la alternativa a la falta de acuerdo para los órganos de dirección sea el aplazamiento del congreso hasta construir la mayoría adecuada, el congreso fue convocado en tiempo y forma, la elección de delegados se hizo sin impugnaciones y no cabe mas solución que la celebración del congreso, si es con acuerdo para los órganos de dirección, mejor, pero si el acuerdo no es posible, en aplicación del resultado de la votación de los delegados y delegadas electas.

Ha sido este conflicto, el intento de resolverlo por la vía disciplinaria, la traslación del mismo a la comisión ejecutiva regional, el desencadenante de los acontecimientos y la causa de que el acuerdo global que había permitido una gestión razonable de la situación, haya saltado por los aires y no se acabará nunca hasta haber restaurado dos principios básicos en esta organización. Uno es que aquí no sobra nadie y mucho menos el discrepante y dos que los órganos de dirección y representación del sindicato lo eligen los afiliados y afiliadas de los ámbitos correspondientes a través de sus respectivos congresos y sin ingerencias de quienes debían tener exclusivamente un rango de invitados y como tal, debieran comportarse.

Lejos de la pasividad que algunos nos reclaman, nos parece que este es momento de hacernos oír. Hablar de crisis no es ningún signo de derrotismo, ni de debilidad. Por el contrario, las organizaciones sobreviven a los momentos difíciles cuando los encaran y cuando sus integrantes, cada uno desde su ámbito de actuación, ejercen sus derechos y sus deberes y cuando se implican en las decisiones que se toman.

Es momento de intervenir para evitar la expulsión de compañeros y compañeras por discrepar, porque si las toleramos, nadie estará a salvo. Es momento de defender la legalidad interna de impedir que se pueda congelar al máximo órgano de dirección de una estructura del sindicato hasta construir una mayoría conveniente. Desde la tranquilidad y el respeto escrupuloso a los estatutos del sindicato es tiempo de actuar, de decidir… Todos y todas sin exclusiones, sin privilegios, siendo conscientes de lo que somos: trabajadores y trabajadoras, compañeros y compañeras.


Firmantes de la carta: Carmelo Jorge Delgado, Francisco Javier Fernández Martín, Francisco Pozo Vozmediano, Guadalupe Santana Almeida, Juan Jesús Arteaga Lorenzo y Pedro José Borges Medina (integrantes de la extinta comisión ejecutiva de CCOO Canarias)

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