Obligados por las circunstancias (rodeados de paro, desahucios, reducciones salariales y todo tipo de adversidades) tenemos la oportunidad de poner en valor las experiencias que nos unen a otras personas y que dan sentido a nuestra vida. Experiencias que no cuestan dinero y que podemos recibir y regalar en cualquier momento. Mi deseo para todo el que quiera permitírselo es que disfruten de muchas experiencias gratificantes gratuitas en estas navidades donde cobra aún más sentido el ser que el tener.
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