Ayer se consumó lo que se venía venir desde el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez en julio: se va a convocar nuevas elecciones generales en noviembre.
Partiendo de la reflexión de Iñaki Gabilondo que encabeza esta entrada acerca del fracaso colectivo de la clase política, creo que hay un principal responsable de dicho fracaso: Pedro Sánchez.
Su incapacidad para articular un gobierno de izquierda que tras la desaparición del bipartidismo necesariamente debe ser de coalición, me ha causado una profunda decepción y la sospecha de que el Pedro Sánchez de las primarias o de la entrevista en Salvados en el 2017 no tenía consistencia.
El resto de la izquierda deberá hacer alguna autocrítica pero lo fundamental ahora es mantener el tipo frente a los intentos del PSOE de confundir a su electorado para captar los votos de los que se crean la necesidad de un gobierno fuerte y la tentación de algunos dirigentes de volver a las andadas del "Frente Judaico Popular".
El pasado 30 de agosto, con ocasión de una visita al Cementerio de El Paso para poner unas flores en las tumbas familiares, visité el olvidado cementerio civil que está junto al católico. Las imágenes que grabé denotan el desalentador estado de este espacio donde no hay ninguna referencia a las personas que en su momento fueron enterradas allí.
En el artículo cuyo enlace se aporta aquí podemos tener una primera aproximación a este tema y al origen de los cementerios civiles en España. Los cementerios civiles fueron el destino de los malos y apestados (los suicidas, los no bautizados, los extranjeros, los no católicos y los "malos españoles"). También fue el destino voluntario de algunos personas, incluidos algunos católicos, imbuidos por las ideas de laicidad que siempre han ido contracorriente en este país.
Desde mediados de los setenta, los cementerios funcionan, en teoría, sin ninguna discriminación por cuestiones de religión o de cualquier otro motivo.
Sin embargo, por lo que he podido leer, a pesar de la Constitución y de la libertad religiosa, la realidad actual es que en la mayoría de los cementerios municipales, la única opción que se ofrece a la hora de realizar algún tipo de ceremonia, es la católica.
En España existen 17.682 cementerios, de los cuales, casi la mitad, son propiedad de la Iglesia Católica (7.919). Son muchos los municipios que incumplen la Ley de Bases de Régimen Local (de 1985), ya que solo cuentan con cementerios parroquiales cuando es su obligación ofrecer cementerios laicos entre los servicios que prestan al municipio.
Por eso, la asociación Europa laica ha elaborado las siguientes propuestas para conseguir unos cementerios laicos:
Que se cumpla la Ley de Bases de Régimen Local y que todos los municipios tengan cementerios laicos gestionados por los Ayuntamientos.
Retirada de símbolos religiosos de las entradas de los cementerios municipales.
Habilitación en todos los cementerios municipales de un local donde las familias puedan celebrar, bajo techo, la ceremonia del tipo que deseen.
Que los ayuntamientos ofrezcan en sus prestaciones la celebración de ceremonias laicas, organizadas por personal cualificado.
Construcción de un monumento al recuerdo, donde los visitantes no cristianos puedan recordar a sus fallecidos, al igual que los católicos pueden hacer en la “cruz general”.
Retirada de todos los símbolos alusivos al antiguo régimen dictatorial y que son ofensivas a personas que murieron defendiendo su libertad de opinión, culto…
Se le retire a la iglesia católica los privilegios que gozan en los cementerios municipales. En un recinto laico no tiene porque celebrase una misa diaria.
