domingo, 12 de julio de 2015

LAURA



Acabo de regresar de La Palma y no se me ha ido todavía el pesar por la muerte de Laura, la joven palmera que el viernes fue quemada viva por su ex-novio y que dio lugar a la suspensión de las fiestas lustrales en la capital palmera durante este día. El viernes por la noche estuve en S/C de La Palma y se notaba que toda la ciudad estaba de luto.

No conozco los detalles de como se gestó esta tragedia pero lo cierto es que la epidemia de la violencia de género parece que no tiene fin pese a todos los intentos por combatirla desde todos los frentes posibles. 

Hace unos meses tuve el aguante para ver un vídeo del Estado Islámico en el que quemaban vivo a un piloto jordano que habían capturado. El sufrimiento de una persona viva ardiendo es inimaginable. Me resulta muy duro el pensar lo que pudo sufrir esta chica de 27 años mientras conservaba la consciencia y sentía como se quemaba su cuerpo... Ante ello, todo se me vuelve confuso cuando pienso en su agresor y lo que correspondería hacer con él. Ya se que la justicia no se puede confundir con la venganza, pero ¿Qué es actuar con justicia en este caso?

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