Parece que el acuerdo impuesto por la Unión Europea a Grecia es peor que el que el que se rechazó en el referéndum celebrado hace poco más de una semana en el país heleno. A cambio de una ayuda de unos 50.000 millones de euros en tres años, las condiciones que tendrá que aceptar el gobierno griego son:
- Creación de un fondo de 50.000 millones que Grecia cubrirá con activos privatizables. La mitad del mismo se destinará a recapitalizar a los bancos, la cuarta parte servirá para reducir la deuda y la otra cuarta parte para capitalizar proyectos de inversión productiva. La gestión de este fondo se hará por el gobierno griego pero con la supervisión de las instituciones europeas.
- Privatizaciones. Lo anterior hay que vincularlo a nuevas privatizaciones, incluida la red eléctrica, que hasta ahora Atenas se ha resistido a llevar a cabo.
- Reforma del sistema de pensiones. Se trata de la medida más importante para conseguir el déficit cero de las cuentas públicas. Se elevará la edad de jubilación a 67 años y se congelarán las pensiones hasta el 2012. Estas medidas deben ser presentadas al Parlamento heleno antes del próximo jueves.
- Reforma laboral. Se deberán endurecer las leyes laborales que afectarán a la negociación colectiva, los despidos colectivos y la política industrial.
- Ayudas al sector financiero. Se trata de evitar la bancarrota inmediata de este sector con la inyección inmediata de 7.000 millones de euros para cubrir las necesidades más urgentes y otros 5.000 millones que se recibirán a mediados de agosto.
- Administración pública. El acuerdo exige "modernizar y reforzar significativamente la Administración griega". El Gobierno de Alexis Tsipras acepta poner en marcha, "bajo el auspicio de la Comisión Europea", un programa para "dotar y despolitizar la Administración griega". La primera propuesta de este proyecto debe estar lista el próximo 20 de julio.
No se si ésta es la única opción posible. Lo cierto es que Grecia por sí sola no puede librar con garantías de éxito una batalla de esta envergadura. Conviene también saber lo que pasaría si Grecia sale del euro y empieza a acuñar una nueva moneda (posiblemente el dracma, su antigua moneda). Esto traería como consecuencias negativas:
1º. Grecia tendría que gastar cantidades ingentes de dinero en logística para poner de nuevo en circulación el dracma (reponer todo el dinero de los cajeros en dracmas, configuración máquinas, emisión de la nueva moneda, cambiar todas las etiquetas, programas de cambio de moneda, educación de la población, etc).
2º. Fuga masiva de capitales. Los inversores y cualquier persona con sentido común se dará cuenta de que el dinero que tiene ahora mismo, si lo sigue manteniendo en dracmas valdrá mucho menos y por tanto lo querrá cambiar a otra moneda que no se vaya a devaluar ni depreciar.
3º. Como todo el mundo querrá deshacerse de dinero griego, ¿a dónde irán a retirarlo? A los bancos, ¿y qué le pasará a los bancos? No hace falta más que echar un vistazo a la historia para saber lo que ocurre si todo el mundo quiere sacar su dinero del banco: aunque haya un corralito bancario supondrá la quiebra del sistema financiero griego. El cual no podrá ser rescatado por el Estado Griego que acabaría de haber salido de una bancarrota (si no puede pagar sus deudas ahora, imagínense si encima son más caras porque han devaluado su moneda).
4º. Cuando la gente se deshaga de sus dracmas este se depreciará aún más, por lo que el Gobierno Heleno tendrá que controlar los tipos de cambio de su moneda, lo que afectará al comercio exterior y al aumento de las exportaciones.
5º. Al disminuir el valor de la moneda, el dinero que tienen los griegos valdrá menos y por tanto, serán más pobres.
6º. Grecia perdería la protección comercial de pertenecer a la Unión Europea.
Pero no todo serían consecuencias negativas. Si Grecia sale del euro podría devaluar su moneda y esto tiene dos efectos positivos:
1º. Aumento de las exportaciones, ya que al valer menos su moneda, los precios de sus productos en el extranjero serían más baratos y por tanto venderían más.
2º. Aumento del turismo, ya que obviamente, para el resto de los países sería más barato ir de vacaciones a Grecia.
Como vemos el balance entre ventajas e inconvenientes no avala la posición de salir del euro. Pero las implicaciones de quedarse en el euro, con imposiciones tan leoninas como el acuerdo alcanzado ayer, tampoco son para tirar cohetes puesto que suponen:
1º. Pérdida de soberanía. Se confirmaría definitivamente la imposibilidad de que el Gobierno Heleno tome decisiones por su propia voluntad con el consiguiente aumento del descontento popular pues a ningún pueblo le gusta que le quiten la soberanía.
2º. Podría prolongarse el estancamiento económico ya que los nuevos ajustes podrían impedir la generación de crecimiento económico y empleo durante muchos años.
3º. Tanto si Grecia sale del euro como si permanece en la eurozona en condiciones tan duras como la del acuerdo en ciernes, se producirá un efecto contagio en otros países de la eurozona bien por las consecuencias negativas sobre algunos países de la salida de Grecia o bien por la consagración de las posiciones más duras defendidas por Alemania y algunos aliados que no sólo tendrán consecuencias negativas para los griegos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario