Hoy hemos conocidos los datos del IPC del mes pasado. Aunque la variación mensual es positiva, el acumulado anual es negativo (y más aún en Canarias) con lo que se vuelve a hablar del fantasma de la deflación, ya que España es uno de los países europeos más amenazados por este peligro que puede ser peor que la inflación.
Oficialmente caeriamos en una situación de deflación si persistieran durante dos semestres seguidos esta caida de los precios, lo cual traería como consecuencia para España que haría más costoso y difícil pagar sus deudas, tanto para los ciudadanos como para la administración. Y ello es así porque la deflación que no es un problema en una economía sana, si lo es en economías en crisis, especialmente si tienen una alta deuda, al subir ésta en relación a un PIB que se deprecia. También puede dar lugar a un encarecimiento automático de los intereses a pagar
Esta caída o estancamiento de los precios refleja una situación económica alejada del horizonte venturoso que algunos no se cansan de anunciar últimamente, donde la caída del consumo se corresponde también con un deterioro del mercado laboral basado en la persistencia de una elevada tasa de paro que da lugar a una continua depreciación de los salarios.
Durante muchos años, Japón estuvo instalado en una situación de permanente deflación y estancamiento de su economía, de la que sólo pudo salir hace poco cuando abandonó la ortodoxia de las políticas de austeridad. Esa es la senda a seguir para alejar los peligros de la deflación, aunque no quieran admitirlo en los centros de poder europeos y españoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario