Hoy he participado en unas jornadas sobre la reforma laboral organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección y ADECCO. Intervine como ponente junto a Federico Durán (expresidente del Consejo Económico y Social), Pedro Afonso, secretario general de CEOE Tenerife y Gustavo Santana, Secretario General de UGT Canarias.
Ante un auditorio mayoritariamente compuesto por empresarios, ejecutivos, jefes de recursos humanos y técnicos de formación, desarrollé las ideas que se recogen a continuación.
"Se produce esta intervención en un momento muy difícil porque coincidiendo con el agravamiento de la una crisis económica que puede dar lugar a que final de mes entremos de nuevo en recesión, hay un conflicto laboral y social evidente que se refleja en la próxima convocatoria de una huelga general el 29 de marzo contra la reforma laboral y por los servicios públicos.
Coincide todo esto con un gobierno que se cree legitimado por los recientes resultados electorales y que considera que ello hace prescindible el diálogo social y una ciudadanía obsesionada por el desempleo.
El desacuerdo de los sindicatos con la nueva reforma laboral ha dado lugar a una nueva ofensiva contra las organizaciones sindicales que se ha visto intensificada tras la convocatoria de la huelga general.
El argumentarlo del gobierno para justificar la reforma laboral se basa en las siguientes ideas fuerzas:
· Evita la destrucción de empleo y permite crearlo a medio plazo
· Acaba con la precariedad laboral y la dualidad en el mercado de trabajo
· Es una reforma equilibrada
· Es una reforma especialmente favorable para los autónomos, parados y jóvenes
Los argumentos del gobierno se asientan en algunas grandes mentiras:
1. Es mentira que el objetivo de la reforma sea crear empleo. Abaratar el despido en plena crisis disparará aún más el paro, como no ha dejado de admitir el mismo gobierno. Lo que busca esta reforma laboral es forzar una rebaja generalizada de los salarios. Es el gran plan del Gobierno, convencido de que la única salida de la crisis pasa por una reducción de los costes salariales.
2. Es completamente falso que este decreto “garantice la seguridad de los trabajadores”. La reforma legaliza el mobbing: los empresarios podrán cambiar unilateralmente el horario, las funciones e incluso el sueldo. Si no estás de acuerdo con las nuevas condiciones, el despido es procedente: 20 días por año de indemnización.
3. Pero la mayor mentira de todas es la que el PP nos contó durante la campaña electoral. “Lo que necesita España no es facilitar el despido sino fomentar la contratación”, decían los miembros del gobierno y también nos prometieron antes de las elecciones que iban a formar “un gobierno previsible que diga siempre la verdad”.
Los aspectos más atractivos de la reforma lo intentan explicar algunas empresas cuando intentan captar empresarios para sus cursos sobre la reforma laboral (pinchar aquí para ver folleto).
Además creo que también podriamos destacar que:
- A los menores de treinta años -ya se sabe, la lucha contra el desempleo juvenil es prioritaria- podrás mantenerlo cobrando el 75% del salario mínimo interprofesional hasta seis años encadenando, como quien hace calceta, contratos formativos.
- Conduce a los trabajadores a la negociación individual de sus condiciones de trabajo, convirtiendo al convenio de empresa, sea cual sea el número de sus trabajadores como el preferente, sin excepción, respecto al convenio sectorial. Contempla la inaplicabilidad a través del arbitraje obligatorio, poniendo fin a la ultraactividad de los convenios colectivos a los dos años de la terminación de su vigencia.
Si son evidentes las malas noticias para los trabajadores, creo que también la mayoría de los empresarios no deben esperar que con esta reforma se vaya a resolver sus problemas. El profesor José Luis Rivero lo ha expresado muy bien en su artículo “Malas noticias que parecen buenas”:
· La incapacidad de los gobiernos europeos para abordar la recuperación económica ha dado lugar a falsas salidas a la crisis como los ajustes del déficit público y las reformas laborales.
· Esta reforma se volverá en contra de la economía española y, por tanto, de los empresarios, por varias razones:
1. Incentiva los despidos a corto plazo y esto aunque puede suponer una reducción del coste del ajuste a empresas con dificultades conduce a la reducción de la demanda y desincentiva otras vías más interesantes de reparto del trabajo a través de la flexiseguridad.
2. La reducción generalizada de los salarios aunque puede ayudar a incrementar la competitividad via precios de las exportaciones, también afecta negativamente al mercado interior.
3. Es un esfuerzo inútil intentar competir con los países emergentes a través de los salarios. La alternativa mejor es la contención salarial a través del diálogo social y la negociación colectiva.
4. Esta reforma, a largo plazo, conduce justo a los antípodas de lo que venimos persiguiendo desde hace décadas en la economía española. Es decir, la generación de mayor valor añadido y productividad, incrementando el conocimiento aplicado a la producción y distribución de bienes y servicios.
El II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva que esta reforma ha dejado en estado moribundo iba en el buen camino de buscar soluciones pactadas en relación a la contención salarial y la flexibilidad interna en las empresas pactada en la negociación colectiva.
Espero que frente al fatalismo de la cita del profesor Rivero “nunca perdemos la oportunidad de perder una oportunidad” al referirse a esta reforma, pronto se recupere la sensatez y la recuperación del equilibrio en las relaciones laborales y los esfuerzos compartidos para resolver los problemas".