viernes, 16 de febrero de 2024

TENEPUR

"Salvar Tenerife". Documental completo
 

Singapur es una ciudad-estado insular del Sudeste asiático que con una extensión de 719,9 km2 (similar a la de La Palma) cuenta con 5.677.000 habitantes y una densidad de 7.720 hab./km2 (el segundo puesto mundial entre los países independientes), habiendo aumentado su superficie un 25% desde la independencia en 1965, mediante espacios ganados al mar. El territorio que ocupa este pequeño estado, ha pasado de estar cubierto en su mayor parte en 1819 por la selva tropical a la gran urbe que es en la actualidad.

Imágen de satélite de Singapur 

Hace algunos años, algunos políticos de peso se llenaban la boca propugnando que el cambio de modelo económico que Canarias necesitaba debería basarse en el llamado modelo económico de Singapur. No me propongo entrar ahora en este asunto puesto que lo que voy a tratar ahora es el hecho de que la isla donde vivo, Tenerife, progresivamente se está convirtiendo en una única gran ciudad con una zona central deshabitada ocupada por Las Cañadas del Teide y la corona forestal.

El modelo de ocupación del territorio al que se tiende es el de Singapur, por eso he titulado este artículo "Tenepur". 

Aunque todavía estamos muy lejos de los indicadores del estado asiático, en una superficie casi tres veces mayor que la de Singapur (2.034 Km2) viven casi un millón de habitantes (casi 6 veces menos) con una densidad de 456,54 hab./km2. Esto significa que para tener la misma densidad de población que Singapur, Tenerife tendría que tener casi 16 millones de habitantes.

Distribución de la población en Tenerife (por municipios)


Pero no "bajemos la guardia". En 2023 la isla recibió 5,6 millones de turistas. Si a ello añadimos los 650 km2 ocupados por la corona forestal y el Parque Nacional del Teide que espero que sigan deshabitados en el peor de los escenarios posibles de extensión de los espacios urbanos por la isla, el escenario empieza a ser mucho más preocupante.

Para seguir añadiendo más leña al fuego, constantemente nos llegan anuncios de nuevos proyectos de urbanización y construcción de "nuevas ciudades": la urbanización de la antigua refinería de Santa Cruz, la nueva ciudad de El Mojón en Arona, nuevos proyectos de edificios de viviendas y hoteles en la zona de Santa Cruz-La Laguna, la posible reactivación del proyecto turístico de Cuna del Alma, etc.

En Tenerife, además del Parque Nacional del Teide y el Parque Natural de la Corona Forestal, hay 14 monumentos naturales, 4 reservas naturales integrales, 6 reservas naturales especiales, 6 sitios de interés científico, 4 paisajes protegidos y 2 parques rurales. Ni que decir tiene que el incremento de la presión urbanística pone en peligro la existencia de estos espacios protegidos de la isla y el mantenimiento de la biodiversidad (en Tenerife hay casi 10.000 especies silvestres, de las que 887 son endemismos exclusivos que no encontraremos en ninguna otra parte del mundo).

La presión demográfica vinculada al crecimiento de la población foránea procedente de otros países europeos, la península y Sudamérica y la extensión del alquiler vacacional, está dando lugar a graves problemas en el acceso a viviendas dignas (está creciendo el chabolismo, especialmente en el Sur) y la superpoblación comienza a afectar a la prestación de servicios básicos como la salud y la educación. A todo ello, hay que añadirle los graves problemas de movilidad existentes (atascos, un número excesivo de vehículos privados, soluciones milagrosas basadas en más de lo mismo, es decir, más carreteras,...). La masificación provocada por la superpoblación empieza a ser asfixiante y junto a un incremento de la turismofobia de la población local comienza también a crecer el descontento entre una parte de los turistas que visitan la isla que suelen comentar que tenemos muy buenos hoteles pero que cada vez es más incómodo salir de ellos.

Un Tenepur sin las ventajas del modelo económico de Singapur y con todos sus inconvenientes, es el escenario que anticipa todos esos proyectos basados en la ocupación vertiginosa con cemento y asfalto de un territorio insular que aún será más frágil con los previsibles impactos del cambio climático. Un escenario en el que la gallina de los huevos de oro del turismo de masas se puede agotar rápidamente hasta llegar a la extenuación y muerte. Entonces el millón de habitantes de la isla comprenderemos que el cemento y el asfalto no sirven de alimento y la emigración será la única salida posible para una mayoría... Lo malo es que ya no habrán destinos posibles,...

Pero como nada está escrito, confiemos en que el colapso todavía se puede evitar siempre que nos pongamos, de inmediato, a la obra. Necesitamos nuevos arquitectos, nuevos planos, nuevas herramientas, nuevos "materiales de construcción" y sobre todo, muchas ganas de caminar juntos en la búsqueda de soluciones que primen el bien común.

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