Un domingo con mi hermana y mis padres en el Zoo. Rafael Llanos Penedo
Gracias a unas fotos de Carlos Fajardo en la página de Facebook "Fotos antiguas de Tenerife", descubrí que aquella edificación en una calle cercana a mi casa formó parte de un antiguo zoo. Desde que la descubrí, esta casa abandonada con su exótico jardín me fascinó y me llevó a fotografiarla varias veces. No conocía, entonces, la historia que hay detrás de una casa que refleja un antiguo esplendor venido a menos.
El film familiar de Rafael Llanos Penedo que se puede ver tanto en youtube como en la ya mencionada página de Facebook, de alguna manera me transportó a la magia que, para mi, tenían estos modestos zoológicos y que en mi memoria infantil se polariza en el zoo del Parque García Sanabria, cita obligada que tenía cuando los veranos venía de vacaciones desde La Palma a la casa de mis abuelos paternos en Santa Cruz.
El capítulo XIV del libro de Manuel Dóniz García "La Cuesta de aquellos años", titulado "El parque zoológico de La Cuesta" me ha permitido llenar el vacío casi total de información que tenía con respecto a este lugar.
Este zoo fue edificado en terrenos de una explotación agrícola llamada "Finca Tomé" por un alemán llamado Albert Baumann que llegó a Tenerife en 1955, en el tramo final de lo que hoy es la calle Alfonso García Ramos, cercano al Barranco de Santos y a lo que actualmente es el Complejo Deportivo de La Cuesta. En su momento, esta calle que entonces se llamaba la "1ª del Zoo", fue la única calle asfaltada de La Higuerita. En el citado libro, el autor nos cuenta diversas anécdotas relacionadas con este zoo y las vicisitudes que dieron lugar a su cierre tras unos pocos años de existencia. Parte de los terrenos del zoo fueron vendidos a particulares y sólo queda la casa en la que estaba el restaurante del Zoológico que también fue vendida y que pasó a ser el Restaurante Romántico regentado por una familia de suizos (Manuel Dóniz dedica el siguiente capítulo de su libro a contar algunas vivencias relacionadas con este restaurante). La casa albergó también una pizzería y tuvo varios propietarios e inquilinos. Actualmente está abandonada y en un estado de creciente deterioro.
El capítulo de los parques zoológicos en La Laguna no se cerró con esta experiencia ya que en la década de los años 70, otro alemán abrió el Safari Kudo en terrenos cercanos a La Esperanza que también tuvo una corta existencia.
En un momento donde los parques zoológicos no gozan de buena prensa, no podemos dejar de recordar el prestigio que tuvieron y su presencia en lugares insospechados como el barrio donde vivo ahora.
GALERÍA DE FOTOS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario