viernes, 3 de marzo de 2023

CONSUMO MILITANTE

Consumo desmedido. Los templos del consumo


La señora no paraba de lanzar improperios contra Pedro Sánchez y el gobierno. ¿Dónde están las rebajas de los alimentos que nos ha prometido el gobierno? La empleada de Mercadona la alentaba y le daba la razón....

Meses antes el vecino discutía con mi mujer cuando ella se atrevió a decir que Mercadona pagaba muy bien a sus empleados. Él había perdido su trabajo por culpa de Mercadona y clamaba airoso que esta cadena de Supermercados había arruinado a muchos pequeños comerciantes y empleados de otros negocios en Canarias...

Ione Belarra llamaba "empresario despiadado" a Juan Roig, propietario de Mercadona y le llovían palos por todos lados, en los medios de comunicación "oficiales". Rememoro otras críticas a este paladín del empresariado español en las que se le acusaba de prácticas cuasi-sectarias con sus empleados a cambio de pagar unos salarios más elevados en el sector y de comportamientos anti-sindicales. Un titular de hace años me recuerda sus vinculaciones con el PP.

Me planteo, una vez más, el dejar de ser un espectador de todos estos debates y me propongo pasar a la acción. ¿Cómo?

Pues me respondo que lo que está en mi mano es empezar a tomar decisiones como consumidor. Vamos, a convertirme en un consumidor militante. El Mercadona cercano a mi casa ha perdido un cliente pero se me está empezando a ver más  en la frutería del barrio, en el supermercado de una cadena canaria y en el mercado municipal. 

Me propongo tener criterios propios para decidir qué comprar, dónde y cómo hacerlo. Esto me obliga a tener que informarme mejor de todos los aspectos relacionados con el consumo de bienes y servicios. La primera lista que se me ocurre para establecer esos criterios es la siguiente:

  • Consumir productos de cercanía, cultivados o elaborados en mi tierra.
  • Velar por la mejor calidad posible de esos productos (ecológicos, reducción de envases, calidad dietética,...).
  • Precios razonables.
  • Respeto al medio ambiente.
  • Respeto a los derechos humanos.
  • Empresas locales que tratan bien a sus empleados.
  • Priorizar las pequeñas empresas y los comercios de barrio.
Pero, también percibo que esto no es cuestión solo de asumir compromisos éticos a nivel personal. Un "consumidor militante" tiene que serlo en cooperación con otras personas. Para eso están las organizaciones de consumidores que tengan los valores éticos que defiendo (FACUA es una de ellas) y es necesario un compromiso político para apoyar aquellas organizaciones dispuestas a cambiar el status quo vigente. Desde luego, no me vale el partido que avala a un ministro de agricultura y alimentación que dice que lo único que se puede hacer para afrontar la subida de precios es irse a otro supermercado, alineándose, como dice FACUA, con los especuladores.  Un consumidor militante tiene que apoyar a las organizaciones políticas que dicen que es posible un control de precios, incluso sin cambiar las leyes, pues el artículo 13 de la ley de comercio vigente lo permite.


El compromiso militante se tiene que plasmar en lo que pensamos, decimos y hacemos a  nivel individual pero se tiene que trasladar también a nuestra actividad como seres que vivimos en sociedad y que necesitamos actuar en cooperación y armonía con los demás.

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