Ayer murió Leonard Nimoy, el actor que encarnaba el personaje de Mr. Spock de la famosa serie Star Trek. Este personaje, de alguna manera, me ha acompañado desde mi niñez como un mecanismo de defensa frente al sufrimiento. El intentar inhibir las emociones, no inmutarme para no perder el control... A pesar de los inconvenientes que me ha ocasionado tal papel, le tengo cariño y hoy he querido recordar al actor que le puso cuerpo y, sobre todo, cara a mi compañero de viaje, el señor Spock.
Muchos años después, alguien descubrió ese personaje en mi y eso provocó alguna conversación interesante al respecto. Hoy también he encontrado algunos escritos de esos años. Uno de ellos lo transcribo a continuación:
MR. SPOCK ESTÁ DE VACACIONES
Me llueve el pensamiento en gotas difuminantes que vacían el acuífero de la esencia. Se diluye mi fuerza y aparece la culpa por no hacer cosas "importantes".
La creatividad se atrofia como los músculos de mi pierna izquierda y en el vacío de la cotidianidad afloran sentimientos de ira y malestar.
Mr. Spock está de vacaciones y, aunque he requerido sus servicios, parece ignorarme.
Perdido en el "triángulo dramático" me identifico con sucesivos sucedáneos de un yo consciente.
Alguien ha tratado de abrir puertas en mi muro, pero es difícil ponerse en movimiento cuando se ha estado tanto tiempo parado.
El pensamiento positivo parece que llena el ténue viento que impulsa suavemente las velas de mi armazón y ahora me dispongo a iniciar una breve navegación por la bahía de mi mundo relacional más próximo.
La brújula de mi consciencia me indica que hoy he puesto los pies en el suelo y me puedo dejar llevar por la intuición a territorios de confianza. Las gaviotas escoltan mi travesía. Parece que voy ligero de equipaje. Tal vez, es mejor que Mr. Spock siga de vacaciones...
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