El artículo también comenta algo conocido: la mayoría fracasamos en la consecución de los propósitos que nos planteamos. Para evitar este fracaso parece que la clave está en "reajustar y amoldar los deseos a nuestras verdaderas capacidades y posibilidades de mantener los compromisos". Más vale centrarnos en unos pocos propósitos que en elaborar listas extensas. Lo importante es proponernos retos graduables sin caer en la trampa del "todo o nada".
Reflexionando sobre los propósitos que puedo compartir con los demás, la lista que se me ocurre es la siguiente:
1. Asumir el compromiso de prepararme lo mejor posible para desempeñar mi trabajo como docente de acuerdo con mis ideas respecto a como debe ser la educación (integral y que prime las competencias de "aprender a aprender" y el "conocimiento de si mismo") y centrado en el objetivo fundamental de "ayudar" y de "servir" a mis alumnos.
2. Prestar más atención a las actividades de mantenimiento físico y mental: bajar de peso, ir con regularidad al centro de mantenimiento físico de mi barrio, caminar habitualmente, comer despacio, evitar ciertos alimentos perjudiciales, meditar con regularidad, volver a practicar la biodanza, mantener las revisiones médicas periódicas,...
3. Prestar más dedicación a las relaciones personales (familia, amistades,...).
4. Mantener ciertos niveles de militancia social y compromisos solidarios.
5. Prestar mayor atención a distintas actividades culturales a las que puedo tener acceso: lectura, cine, música,...
Cinco grandes propósitos que hay que desglosar en objetivos concretos, aunque lo más importante es empezar a introducir pequeños cambios que supongan avances respecto a cada uno de ellos. En diciembre ya veremos...