lunes, 5 de enero de 2015

AQUELLOS LEJANOS TIEMPOS...

   

Contemplo la vieja foto. El niño feliz que un día de Reyes Magos de hace más de 50 años "posa" junto a sus juguetes en su casa de La Palma, está perdido en el territorio más difuso de mi memoria y me cuesta asimilar que ese niño fui yo. 

En víspera del que durante algunos años fue el día más importante para mi, añoro la inocente espera y las sorpresas que en forma de juguetes recibía en los amaneceres de los 6 de enero, tras una noche en la que apenas podía dormir. 

Las ilusiones infantiles se desvanecieron hace mucho tiempo pero lo que queda en mi del niño de los caballitos y del tren de hojalata, aún aspira a sentir, cuando menos se lo espere, ese torrente de efímera felicidad que tan fácilmente pueden sentir los niños.

Tal vez mañana suceda...

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