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16 noviembre 2012
El éxito de la jornada de
lucha-huelga general del 14 de Noviembre debe servir para continuar
avanzando en el proceso de lucha antineoliberal y de convergencia.
La
Huelga General del 14N ha tenido factores que la convierten en algo
diferente, un antes y un después. En primer lugar, el ser una huelga
europea o al menos del sur de Europa, pero con actos de apoyo en
Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña etc., es decir un acto
internacionalista visto además con mucha simpatía en América Latina. En
segundo lugar, la convocante es la Cumbre Social, conglomerado de
organizaciones sociales y sindicales muy plural y que le ha dado una
impronta ciudadana a la convocatoria, añadiendo los conceptos de huelga de consumo,
acción cívica e inclusión de amplios sectores de la ciudadanía
arrojados del mundo formal del trabajo por el capitalismo financiero y
ex fordista que sufrimos. En tercer lugar la dimensión inclusiva del
movimiento estudiantil, obrero y de personas paradas y pensionistas en
la lucha. Señalaría en cuarto lugar que estos diversos factores sin
embargo están creando un caldo de cultivo que al contrario de lo que
pudiera parecer, está fomentado el espíritu de clase, la lucha de
clases. La clase de abajo, la clase no poseedora de capital financiero.
La clase obrera de metalúrgicos, ferroviarios o dependientes con
trabajo, pero hijos parados, estudiantes sin futuro o precarias y
precarios, sin un contrato fijo como sus mayores, pero hermanadas y
hermanados por la lucha. Los abuelos que conquistaron y consiguieron con
sacrificios y cárcel el estado del bienestar y sus nietos que ya no lo
disfrutan. Los autónomos y profesionales, proletarizados en realidad por
franquicias, grandes empresas y cadenas alimenticias o
comercializadoras transnacionales. Todas y todos hermanados por la
guerra de clases que los ricos nos han declarado. El genocidio
social que los bancos, poderosos, gobiernos conservadores y sistémicos,
así como las grandes multinacionales nos han declarado, con crueldad,
rapiña y violencia.
En este sentido hay que analizar la irrupción de los movimientos de
indignados o el 15M, como nuevos e importantísimos actores en lucha. Es
precisamente el precariado originado entre las personas de las llamadas
clases medias empobrecidas y entre los hijos de clases trabajadoras que
creyeron ser clases medias. Este precariado, culto, preparado y con
infancias felices aterriza ahora en un mundo cruel y “dikensiano” sin
esperanzas y con unos políticos profesionales acomodados, que les
ignoran, no entienden su lenguaje y les excluyen o tratan de engañarles,
lo cual inexorablemente conduce a una nueva rebeldía urbana, de gentes
más inteligentes que los integrantes de la carrera política, cooptados
por las oligarquías políticas en base a su nivel de sumisión, que no de
preparación. Lo importante para la resistencia social, sindical y
política alternativa es encontrar el cemento, que facilita el encuentro entre el sindicalismo, el movimiento social y lo alternativo. El enemigo es común.
Una nueva visión del conflicto está trasladándose a las calles de
Europa, esta vez y en especial del sur de Europa. El sur ha sabido
responder y hoy Grecia, Portugal, Italia y el Reino de España, están
dando la talla. La lucha del los pueblos del sur, está molestando
profundamente a los dirigentes económicos y políticos conservadores,
creando una gran confusión en la filas de lo que antaño fue la
socialdemocracia y hoy es tan solo una facción política en crisis a la
búsqueda de un capitalismo con rostro humano. Ese es el quid de la
cuestión, el capitalismo está en crisis y la crisis capitalista se
quiere superar a espaldas de los de abajo. Para conseguirlo hay que
eliminar todas las conquistas y derechos.
Lo cierto es que este 14N ha hecho ver cuestiones que hay que analizar y entiendo poner en el centro del debate, en mi opinión:
-Es
necesario buscar un actor político que pueda mediante un proceso
convergente transformar la movilización social en un sujeto político,
insisto, que nos haga transformar toda la marea humana que ya ha llenado
avenidas y plazas y parado centros de trabajo, en una transformación
seria y real que restablezca derechos y libertades perdidos y posibilite
el alcanzar una sociedad más justa y el reparto.
- Creo que la Cumbre Social y el 15M pueden y deben lograr puntos de
encuentro y acción comunes. No estamos ya para tonterías. Los procesos
ya se acompasarán o no, igual da. Lo importante ahora es encontrar una
unidad de acción, que el traspasar la lucha social de resistente a
ofensiva, implica y exige.
-La Cumbre Social debe politizar claramente sus exigencias. De hecho
una huelga general siempre es política. La necesidad de acabar con la
reforma laboral y los recortes, exige una nueva política y ninguno de
los que nos han traído hasta esta situación es útil. La reforma exprés
de la Constitución del 78, además de inutilizarla la parcializa a favor
de bancos y poderosos e impide el estado social. El problema es que no
tenemos la fuerza política convergente capaz de alcanzar esas
reivindicaciones y con voluntad de gobernar. Gobernar para cambiar, no
para pactar con los poderosos o con sectores del sistema. Voluntad de
ser mayoría social, no parte de la sociedad. Mientras tanto tenemos la
Cumbre Social, sí, pero nos hace falta más.
- La experiencia de lucha europea y de los pueblos del Sur de Europa,
nos obligará a fortalecer e integradnos en la Alter Summit o
Conferencia Alternativa Europea. Es imprescindible. La CES siendo muy
importante no es ya el único instrumento que puede impulsar la lucha de
las clases populares europeas. La CES necesita de los movimientos
sociales y alternativos pues la lucha es global, por tanto solo una
coordinación de fuerzas sociales, sindicales y personas reconocidas,
honradas, austeras y sabias, a las que leemos, estudiamos y nos fiamos,
puede promover una coordinación, conjunción y propuesta de luchas. El
sindicalismo, que es muy importante y en el que yo creo, atraviesa
algunas situaciones nacionales muy criticas y ha sido debilitado por el
capitalismo y la legislación. También por el ultraliberal y reaccionario
acerbo comunitario, es decir por la Unión Europea. Luego necesitamos
nuevas fuerzas e iniciativas. La Alter Summit puede ser ese ente a nivel
europeo.
- En el estado español, no hay libertad sindical. En el Reino de
España se ha instaurado un régimen autoritario que condiciona e impone a
los habitantes de este estado una legislación restrictiva, y que
facilita a los grandes empresarios, bancos y a los ricos y poseedores
todos los derechos y además les protege con unas fuerzas policiales y de
seguridad a su exclusivo servicio. Este régimen autoritario, posee unos
medios de información a su servicio, tanto privados como públicos, que
falsean datos, la realidad y la visión social y del mundo. Criminalizan
todo acto de insumisión, protesta o simple reivindicación democrática.
Establecen una férrea censura sobre la familia real, excrescencia
medieval imprescindible para mantener su dominio e imponer la falta de
democracia que sufrimos. La democracia que se sufre en el Reino de
España, es de una calidad pésima y nos asemeja más al Reino de Marruecos
que al de Suecia o Noruega.
Tras estas reflexiones, creo que el 14 de Noviembre ha sido un éxito
de las clases trabajadoras. La falta de libertad sindical y de
democracia ha arrojado a millones de personas a las calles. Las alianzas
sobre el terreno conseguidas hay que mantenerlas y conquistarlas como
permanentes.
Me permito solo terminar con un ejemplo de lo que podemos hacer:
Fathi Chamkhy portavoz de Attac-CDTM de Túnez, compañero y amigo,
altermundista y marxista revolucionario, anticapitalista y
revolucionario, encarcelado en la dictadura, en Florencia me contó lo
que ahora las izquierdas plurales están haciendo en Túnez. Hicieron la
revolución y acabaron con la dictadura de Ben Alí. Tras acabar con el
régimen mafioso de Ben Alí, ganaron las elecciones los islamistas y
estos siguen practicando las mismas políticas neoliberales que la
dictadura pro-occidental, por lo que ahora han constituido un Frente
Popular, al objeto de en la lucha ganar la confianza del pueblo y juntos
los sindicatos, la UGTT, asociaciones, Attac entre ellas, derechos
humanos, feministas y partidos políticos de izquierdas, marxistas para
los tunecinos, así como revolucionarios, es decir los que no apoyaron la
dictadura. Todos agrupados en el Frente Popular, repito, poder cambiar
el panorama político y aplicar medidas antineoliberales y de justicia.
Ojala aquí fuéramos capaces. Yo al menos, pero sé que muchas personas
más si nos atrevemos a hacer esta propuesta. La cuestión es sencilla,
todas y todos los antineoliberales unidos frente a este estado de cosas.
En Europa hace falta un gobierno de izquierdas (he dicho de izquierdas)
que rompa la dinámica liberal-autoritaria que sufrimos ¿Seremos
capaces?
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