Dada la fiabilidad del sistema electoral venezolano y la disposición de Nicolás Maduro a aceptar una auditoría total de los votos emitidos, creo que el resultado de las elecciones celebradas ayer en Venezuela es definitivo y no hay ningún motivo para detener el proceso de toma de posesión del nuevo presidente. Espero que el no reconocimiento de los resultados por parte del candidato opositor sea el fruto de una temporal frustración por haber estado tan cerca del triunfo y no lograrlo y que tantos unos como otros reflexionen sobre los resultados registrados ayer.
Lo cierto es que Venezuela se ha partido en dos y que en estas circunstancias hay que encontrar vías de acercamiento de posiciones hasta ahora irreconciliables. Espero que tanto el gobierno como la oposición sepan estar a la altura de las circunstancias y, preservando las innegables conquistas de los años de gobierno de Hugo Chávez, puedan poner las bases de los cambios necesarios para mejorar la convivencia nacional, la seguridad de las personas y un aprovechamiento más efectivo de las riquezas del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario