José Luis Díaz presentador de Buenos Dias Canarias
He caracterizado el 2013 como un año muy malo para la clase trabajadora en España y en Canarias, no así para las élites que realmente mandan en el estado y en las islas.
En Canarias, el contraste entre las cifras record alcanzadas en los registros del paro y la pobreza (recordar los datos de la EPA del 1er y 3er trimestre) y los registros también record, pero en positivo, de la afluencia de turistas y los ingresos que esto genera, se ha traducido en un crecimiento de la desigualdad social y de la existencia de una situación de emergencia social que nadie quiere reconocer.
El gobierno del estado durante este año ha optado definitivamente por contentar a los votantes del P.P. más cercanos a la extrema derecha, imponiendo leyes con un gran sesgo ideológico (LOMCE, Ley del Aborto,...) y prosiguiendo con un programa de reformas sustentadas en la acentuación de la austeridad para los pobres (reforma de las pensiones, nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral, reforma de la administración local,...) y en la pérdida de los derechos ciudadanos.
Lo provisible en el 2014 es que el gobierno presidido por Mariano Rajoy continúe con estas reformas regresivas en forma de una nueva reforma laboral encubierta, desgravaciones fiscales a costa de las prestaciones sociales, intensificación del nacionalismo españolista frente a los conflictos territoriales y mayores dosis de medidas autoritarias y restrictivas de las libertades públicas para contener el descontento.
En Canarias nos enfrentaremos a dos grandes retos: la revisión del REF y la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica de la que dependerá el que aumente o no el difencial negativo de los habitantes de las islas respecto a la media per cápita estatal en el reparto de los recursos del estado.
Estos grandes retos requiere que el Gobierno de Canarias esté a la altura de las circunstancias para promover un clima de diálogo social en las islas que garantice la prevalencia de los intereses generales y para garantizar un reparto más equitativo de los costes de la crisis y de los beneficios de la actividad económica.
Pese a las dificultades de toda índole que afectan al movimiento sindical canario, abordamos el nuevo año con la ilusión y la confianza de que sepamos defender los intereses de la clase trabajadora de las islas y ser un vector de los cambios que necesita nuestra tierra.
