Esta semana me han conmocionado las noticias (BBC, El País) que daban cuenta del reciente informe de la ONU sobre la biodiversidad en el planeta, en el que se advierte que un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción. Es una nueva noticia más que se une a las muchas que se están difundiendo sobre este tema desde hace unos cuantos años. Lo malo de estas noticias que nos ponen ante un panorama tan desolador es que nos llevan a una situación de impotencia en el que creemos que no se puede hacer nada desde nuestro papel minúsculo de un ser humano más de los siete mil millones que habitan el planeta, en estos momentos.
Lo primero que se me ocurre es la de aferrarme a la creencia de que los actos individuales influyen en los procesos globales. En cualquier caso, la ética de cada persona creo que se tiene que sustentar en el principio de la búsqueda del bien común, tanto para las personas como para el resto de los seres, y ese bien común no se debe centrar sólo en el presente sino que debe proyectarse en el pasado (respeto al patrimonio natural y cultural que hemos heredado) y en el futuro (el derecho de las generaciones futuras a disfrutar de ese patrimonio natural y cultural).
Por eso, todo lo relacionado con la sostenibilidad en el planeta debe ser un tema prioritario sobre el que debemos tener el máximo conocimiento posible. En este sentido, aporto algunas propuestas que he encontrado para abordar el problema a nivel general y en Canarias. Pero el conocimiento es una etapa más de un camino que debemos recorrer de inmediato. La toma de consciencia debe dar paso a la acción individual en todo lo que podemos hacer como consumidores, opinadores y militantes. Una acción irradiante que si consigue la suficiente "masa crítica" en la opinión pública, puede convertir el tema en algo prioritario en las agendas de los políticos y de todos aquellos que tienen la capacidad de tomar decisiones a nivel colectivo.
Si no lo conseguimos, a los seres humanos les puede pasar más pronto que tarde lo que le pasa a los depredadores cuando exterminan a sus víctimas...
Lo primero que se me ocurre es la de aferrarme a la creencia de que los actos individuales influyen en los procesos globales. En cualquier caso, la ética de cada persona creo que se tiene que sustentar en el principio de la búsqueda del bien común, tanto para las personas como para el resto de los seres, y ese bien común no se debe centrar sólo en el presente sino que debe proyectarse en el pasado (respeto al patrimonio natural y cultural que hemos heredado) y en el futuro (el derecho de las generaciones futuras a disfrutar de ese patrimonio natural y cultural).
Por eso, todo lo relacionado con la sostenibilidad en el planeta debe ser un tema prioritario sobre el que debemos tener el máximo conocimiento posible. En este sentido, aporto algunas propuestas que he encontrado para abordar el problema a nivel general y en Canarias. Pero el conocimiento es una etapa más de un camino que debemos recorrer de inmediato. La toma de consciencia debe dar paso a la acción individual en todo lo que podemos hacer como consumidores, opinadores y militantes. Una acción irradiante que si consigue la suficiente "masa crítica" en la opinión pública, puede convertir el tema en algo prioritario en las agendas de los políticos y de todos aquellos que tienen la capacidad de tomar decisiones a nivel colectivo.
Si no lo conseguimos, a los seres humanos les puede pasar más pronto que tarde lo que le pasa a los depredadores cuando exterminan a sus víctimas...
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