La semana pasada la conmoción causada por el suicidio de María José Carrasco con la ayuda de su esposo Ángel Hernández puso otra vez en el candelero el debate sobre la Eutanasia. Anteriormente, ya me había conmovido la historia de Jóse, narrada en el programa "A vivir que son dos días" de la Cadena Ser.
Creo que el amor y la compasión a los demás nos tiene que mover de las posiciones rígidas y dogmáticas de algunos, más preocupados por la dignidad de la vida inmediatamente antes de nacer e inmediatamente antes de morir (mientras lo que pasa entre un periodo y otro, importa menos). Después de los rios de tinta que han corrido sobre el tema en días pasados, poco tengo que decir al respecto, aunque me gustaría que los que quieran profundizar en el tema se documentaran en fuentes serias y respetuosas como la de la Asociación por el derecho a morir dignamente.
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