Pinchar imagen para ver acto de presentación de este libro en la Universidad Complutense de Madrid
He tenido que pasar unos días inmovilizado por un dolor de espalda y ciática que me ha permitido hacer algunas incursiones en youtube y he encontrado dos referencias a un libro de Jeremy Riffkin ("La civilización empática" Ed. Paidós, 2010) que aún no he leído. En la imagen he puesto el enlace con la presentación del libro y también he encontrado un buen resumen de las tesis de Rifkin que podrás ver pinchando aquí.
Jeremy Rifkin es un economista muy conocido por su apuesta por las energías renovables (especialmente el uso del hidrógeno) y por sus análisis sobre el impacto de los cambios científicos y tecnológicos. En este libro analiza como la empatía puede determinar el futuro de nuestra especie, basándose en los descubirmientos recientes en el campo de las neurociencias y el desarrollo infantil que cuestionan
la creencia, tan arraigada, según la cual los seres humanos son agresivos, materialistas, utilitaristas y egoístas por naturaleza.
la creencia, tan arraigada, según la cual los seres humanos son agresivos, materialistas, utilitaristas y egoístas por naturaleza.
Ahora, por el contrario, empezamos a darnos cuenta de que somos una especie fundamentalmente empática, y ello tiene unas implicaciones profundas y de largo alcance para la sociedad.
En base a ello es posible el desarrollo de una civilización empática como última esperanza para evitar el desmoronamiento de la civilización y salvar la Tierra.
En base a ello es posible el desarrollo de una civilización empática como última esperanza para evitar el desmoronamiento de la civilización y salvar la Tierra.
Para seguir profundizando en este tema, además de la lectura del libro que como ya dije, yo aún tengo pendiente, recomiendo la lectura de un artículo de Rifkin sobre este tema publicado en El País y otro artículo titulado "La civilización empática como futuro ideal".
TEORÍA DEL CAOS
ResponderEliminarPosted on 23 enero 2012 by gustavoduch
El Correo Vasco, Enero 2012. Gustavo Duch
Según nos quieren convencer padecemos de una crisis gigantesca: los bancos de inversiones se arruinan, las cajas de ahorros están vacías y las bolsas descienden -y con ellas los beneficios de quienes juegan en estos terrenos. Por salvarles sus traseros, el Estado arrastra a la pobreza al pueblo al que en realidad debería proteger, aumenta el número de parados, eliminan servicios públicos y sólo saben decirnos que en pocos años un nuevo y mejor capitalismo nos habrá salvado.
Con tanta operación salvavidas se hundirá toda Europa, los Estados Unidos y Japón, y sin su capacidad económica el nuevo capitalismo prometido funcionará con los fondos frescos que llegarán de la China, Rusia o de otras potencias emergentes dispuestas a dirigir la orquesta. Preguntémonos: si el capitalismo que hasta ahora ha funcionado bajo modelos llamados democráticos nos ha llevado a las hambres más numerosas, a las pobrezas más paupérrimas, a las contaminaciones más antiecológicas y a las inequidades más salvajes ¿a dónde nos llevará un este nuevo capitalismo con antecedentes autoritaristas? Más de lo mismo pero peor.
Pero no se apuren, los nuevos gestores dirigirán sólo los últimos minutos de la prórroga del sistema capitalista. Porque la situación financiera podrá ser reparada pero poco podrá hacer para impedir la escasez energética que se aproxima; la falta de tierras fértiles y agua; la escasez de algunas materias primas; o las repercusiones del cambio climático. Eso sí que serán crisis globales.
Con este panorama, mientras el capitalismo, sus gestores y sus fondos se reorganizan de una forma u otra -que lo mismo da- es ahora el momento justo y preciso de decidir si deseamos una prórroga agónica de más capitalismo o una transición llevadera hacia nuevas formas de funcionar.
Bienvenidos pues los movimientos que, como el 15M, la Marcha Mundial de Mujeres o La Vía Campesina, se aglutinan bajo el paraguas de un cuestionamiento global, valiente y radical del modelo capitalista y de los sistemas de valores que lo consienten. Con la recuperación de los valores humanos por encima de los intereses económicos, nacen sus propuestas como el decrecimiento, la democracia real, el buen vivir o la soberanía alimentaria. Son ellas, por el momento, las estrategias que deberíamos conseguir se expandan antes de que esta -quizás exagerada- teoría del caos cumpla los peores pronósticos.
Gustavo Duch Guillot . www.gustavoduch.wordpress.com