martes, 24 de diciembre de 2019

LA REVOLUCIÓN DEL ALTRUISMO



Este documental francés escrito y realizado por Sylvie Gilman y Thierry de Lestrade, recientemente se ha expuesto en el programa La Noche Temática de la 2 de TVE.

Pese a que durante mucho tiempo se ha creído que el ser humano se movía por interés propio, en el film se muestra que existen razones biológicas para creer que la cooperación puede vencer al egoísmo. Los niños desde muy pequeños muestran un comportamiento altruista espontáneo y hay innumerables ejemplos de cooperación desinteresada en la naturaleza. Entonces, si el altruismo es intrínseco en el hombre, una sociedad más cooperativa es posible.

En una conferencia del monje budista Matthieu Ricard quien también aparece en el documental, se defiende la tesis anterior con el mismo título de "la revolución del altruismo". Les adjunto el texto de esta charla.

Existen también desafíos sociales: la pobreza en medio de la abundancia, las desigualdades, los conflictos, la injusticia. Y luego nuevos desafíos inesperados. Hace 10 000 años, había cerca de 5 millones de seres humanos en la Tierra. Cualquier cosa que hicieran, la resiliencia de la Tierra pronto sanaba la actividad humana. Luego de las revoluciones industrial y tecnológica, ya no es lo mismo. Ahora somos el principal agente de impacto en la Tierra. Entramos en el Antropoceno, la era de los seres humanos. En cierta forma, si quisiéramos continuar este crecimiento sin fin, este uso ilimitado de recursos materiales, es como si este hombre dijera --lo oí de un ex jefe de Estado, no voy a decir quién-- "Hace 5 años, estábamos al borde del precipicio. Hoy hemos dado un gran paso adelante". Esta frontera es la que los científicos definieron como límites planetarios. Dentro de esos límites, pueden darse una serie de factores. 


Todavía podemos prosperar, la humanidad aún puede prosperar durante 150 000 años si mantenemos la misma estabilidad del clima como en el Holoceno durante los últimos 10 000 años. Pero esto depende de que elijamos una simplicidad voluntaria, crecer cualitativamente, no cuantitativamente. En 1900, como pueden ver, estábamos bien dentro de los límites de seguridad. En 1950, vino la gran aceleración. Contengan la respiración, no demasiado, e imaginen lo que viene después. Ahora hemos rebasado ampliamente algunos de los límites planetarios. Tomemos por ejemplo la biodiversidad, al ritmo actual, en 2050, un 30 % de las especies terrestres habrá desaparecido. Aunque mantengamos su ADN refrigerado, no será reversible. Por eso estoy allí sentado frente a un glaciar a 7000 metros (21 000 pies) en Bután. En el Tercer Polo, 2000 glaciares se están derritiendo más rápido que el Ártico. ¿Qué podemos hacer en esta situación? Bueno, por compleja que sea en lo político, económico, científico, la cuestión del medio ambiente simplemente se reduce a una cuestión de altruismo versus egoísmo. 
Soy marxista, de Groucho. Groucho Marx dijo: "¿Por qué deberían importarme las generaciones futuras? ¿Qué han hecho ellas por mí?" Por desgracia, he oído al multimillonario Steve Forbes, en Fox News, diciendo exactamente lo mismo, pero en serio. Consultado sobre la crecida de los océanos, dijo: "Me parece absurdo cambiar mi comportamiento de hoy por algo que va a pasar dentro de cien años". Si no te importan las generaciones futuras, adelante. Por eso, uno de los desafíos actuales es conciliar 3 escalas de tiempo: el corto plazo de la economía, las altas y bajas del mercado de valores, el balance de fin de año; el término medio de la calidad de vida, cuál es la calidad de vida en cada momento, cada 10 años, cada 20 años, y el largo plazo del medio ambiente. 
Miren esto. Al salir no diremos: "Eso es tan agradable. No hubo puñetazos mientras la masa pensaba en el altruismo". No, no se espera eso, ¿no es así? De haber una pelea a puñetazos, hablaríamos de eso durante meses. La banalidad de la bondad es algo que no llama la atención, pero existe. Veamos esto. Algunos psicólogos dijeron cuando les conté que realizo 140 proyectos humanitarios en el Himalaya, eso me da mucha alegría, dijeron: "Ya veo, trabajas por el resplandor cálido [warm glow]. Eso no es altruista. Simplemente te sientes bien". ¿Piensan que este tipo, al saltar frente al tren, pensó "Me voy a sentir genial cuando esto termine"? Pero eso no es todo. Cuando lo entrevistaron dijo: "No tenía alternativa, tenía que saltar, claro". No tiene alternativa. Comportamiento automático. No es egoísta ni altruista. ¿No hay alternativa? Bueno, por supuesto, este muchacho no iba a pensar media hora: "¿Debería darle la mano? ¿Debería no hacerlo?" Lo hizo. Había una alternativa, pero obvia, inmediata. Y luego, también, allí él tenía una opción. 
Si queremos una sociedad más altruista, necesitamos 2 cosas: cambio individual y cambio social. ¿Es posible el cambio individual? Dos mil años de estudio contemplativo dijeron que sí, que lo es. Y 15 años colaborando con la neurociencia y la epigenética dijeron que sí, que nuestro cerebro cambia si se entrena en el altruismo. Pasé 120 horas en una máquina de resonancia magnética. Esa fue la primera vez que estuve 2 horas y media. El resultado se ha publicado en muchos trabajos científicos. Demuestra, sin ambages, que hay un cambio estructural y funcional en el cerebro si se entrena el amor altruista. Solo para darles una idea: a la izquierda el meditador descansa, hace meditación de compasión, ven la actividad, y luego el grupo de control descansa, no ocurre nada, sin meditación, no ocurre nada. No han sido entrenados. ¿Se necesitan 50 000 horas de meditación? No. Cuatro semanas, 20 minutos por día de meditación afectiva, consciente, ya genera un cambio estructural en el cerebro comparado con un grupo de control. Son solo 20 minutos al día, durante 4 semanas. 
Incluso con niños en edad preescolar; Richard Davidson lo hizo en Madison. Un programa de 8 semanas: gratitud, amabilidad, cooperación, respiración consciente. Podrían decir: "Son solo niños en edad preescolar". Miren después de 8 semanas, el comportamiento pro-social, es esa línea azul. Y luego viene la última prueba científica, la prueba de las pegatinas. Antes, se debe determinar por cada niño el mejor amigo de la clase, el menos favorito, un niño desconocido, y el niño enfermo, y tienen que asignar pegatinas. Antes de la intervención, le dan la mayor parte a su mejor amigo. Niños de 4, 5 años, 20 minutos, 3 veces por semana. Después de la intervención, no más discriminación: la misma cantidad de pegatinas al mejor amigo y al niño menos favorito. Eso es algo que debemos hacer en todas las escuelas del mundo. ¿Cómo sigue esto? 
Cuando el Dalai Lama se enteró, le dijo a Richard Davidson: "Ve a 10 escuelas, 100 escuelas, a la ONU, al mundo entero". ¿Cómo sigue? El cambio individual es posible. ¿Tenemos que esperar que entre a la raza humana un gen altruista? Eso llevará 50 000 años, demasiado para el medio ambiente. Afortunadamente, existe la evolución de la cultura. La cultura, como se ha demostrado, produce cambios más rápido que los genes. Eso es una buena noticia. La actitud hacia la guerra ha cambiado drásticamente en los últimos años. El cambio individual y cultural se modelan mutuamente, y sí, podemos lograr una sociedad más altruista. ¿Cómo seguimos? Yo volveré a Oriente. Ahora tratamos 100 000 pacientes al año en nuestros proyectos. Tenemos 25 000 niños en la escuela, 4 % por encima. Algunas personas dicen: "Bueno, tus cosas funcionan en la práctica, pero ¿funciona en la teoría?" Siempre hay desviación positiva. Así que yo también volveré a mi ermita para encontrar los recursos internos para servir mejor a los demás. 
Pero a nivel más global, ¿qué podemos hacer? Necesitamos 3 cosas. Aumento de la cooperación: Aprendizaje cooperativo en la escuela en vez de aprendizaje competitivo; cooperación incondicional dentro de las empresas, puede existir cierta competencia entre empresas, pero no dentro. Necesitamos armonía sustentable. Me encanta este término. Ya no crecimiento sustentable. Armonía sustentable significa que ahora reduciremos la desigualdad. En el futuro, haremos más con menos, y seguiremos creciendo cualitativamente, no cuantitativamente. Necesitamos la economía del cuidado. El Homo economicus no puede ocuparse de la pobreza en medio de la abundancia, no puede hacer frente al problema de los bienes comunes de la atmósfera, de los océanos. Necesitamos una economía del cuidado. Si uno dice que la economía debería ser compasiva, dicen: "Ese no es nuestro trabajo". Pero si uno dice que no les importa, eso es mal visto. Necesitamos compromiso local, y responsabilidad global. Necesitamos ampliar el altruismo al otro 1,6 millón de especies. Los seres sensibles son co-ciudadanos en este mundo. Tenemos que atrevernos al altruismo. Larga vida a la revolución altruista. Viva la revolución del altruismo. 

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