En estos momentos estoy tomando estatinas por prescripción médica para bajar el índice de colesterol que tenía en el último análisis (HDL 50, LDL 168 y Colesterol Total 238). Tras ver este documental me estoy planteando el aceptar sin más estas prescripciones porque puede ser peor el remedio que la "enfermedad". El resumen del contenido del vídeo se puede leer a continuación:
En los años 50 hubo una creciente ola de infartos de corazón en Estados Unidos, incluso el Presidente Eisenhower sufrió uno. El pánico se apoderó de todo el país. El investigador y patólogo, Ancel Keys, propuso la idea de que el culpable eran las grasas saturadas que elevaban el nivel de colesterol. Sin embargo, años más tarde otros estudios sobre la enfermedad cardiovascular lo desmentirían.
Hace más de veinte años, el primer programa de corazón de Estados Unidos se marcó como objetivo descubrir cómo se desarrollaba y cuáles eran las causas de la enfermedad cardiovascular. El doctor Michel de Lorgeril nos resume el resultado: “El estudio de Framingham confirmó absolutamente que el tabaco era una causa, que la hipertensión era una causa, que el sedentarismo era una causa. Y sin embargo, los investigadores quedaron muy decepcionados constatando que no existía ninguna relación entre el colesterol y las enfermedades cardiovaculares”.
Hoy en día, aunque las tasas de colesterol han disminuido en los países desarrollados, el número de accidentes coronarios permanece casi estable. Por lo tanto, cada vez son más los investigadores que rechazan la teoría que culpabiliza al colesterol.
En la actualidad, la guerra contra el colesterol ha llevado al desarrollo de una industria alimentaria de lo “bajo en grasa” que ingresa miles de millones de dólares al año. Y las estatinas, el fármaco que baja el nivel de colesterol, es uno de los medicamentos más prescritos en todo el mundo, con 30 millones de usuarios en los Estados Unidos, aunque en algunos casos, se ha comprobado que producen efectos secundarios graves como la diabetes tipo 2, pérdida de memoria o trastornos del sueño.
Hace más de veinte años, el primer programa de corazón de Estados Unidos se marcó como objetivo descubrir cómo se desarrollaba y cuáles eran las causas de la enfermedad cardiovascular. El doctor Michel de Lorgeril nos resume el resultado: “El estudio de Framingham confirmó absolutamente que el tabaco era una causa, que la hipertensión era una causa, que el sedentarismo era una causa. Y sin embargo, los investigadores quedaron muy decepcionados constatando que no existía ninguna relación entre el colesterol y las enfermedades cardiovaculares”.
Hoy en día, aunque las tasas de colesterol han disminuido en los países desarrollados, el número de accidentes coronarios permanece casi estable. Por lo tanto, cada vez son más los investigadores que rechazan la teoría que culpabiliza al colesterol.
En la actualidad, la guerra contra el colesterol ha llevado al desarrollo de una industria alimentaria de lo “bajo en grasa” que ingresa miles de millones de dólares al año. Y las estatinas, el fármaco que baja el nivel de colesterol, es uno de los medicamentos más prescritos en todo el mundo, con 30 millones de usuarios en los Estados Unidos, aunque en algunos casos, se ha comprobado que producen efectos secundarios graves como la diabetes tipo 2, pérdida de memoria o trastornos del sueño.
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