Antón Costas
En este artículo de Antón Costas publicado hoy en El País se defiende la idea de que es el momento de reducir las desigualdades salariales.
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Nº 234 (Abril 2015) de Le Monde Diplomatique en español
(Esta es una versión abreviada de la entrevista de Ignacio Ramonet con Noam Chomsky realizada, para la Televisión Pública argentina, en Buenos Aires, el pasado 13 de marzo y difundida en su integralidad el sábado 21 de marzo por el canal de la TV Pública argentina. Se puede ver, en su versión completa, en el sitio online siguiente: http://www.tvpublica.com.ar/ y también en su canal youtube: https://www.youtube.com/watch?v=RIq-tSBdsLw)
En Buenos Aires (Argentina), del 12 al 14 de marzo pasado, organizado por el Ministerio de Cultura y el Secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, tuvo lugar un importante Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad que reunió a personalidades de gran prestigio venidas de Estados Unidos, de América Latina y de Europa. Se trataba de reflexionar sobre el momento que se está viviendo no sólo en Latinoamérica sino también en algunos países de Europa, donde nuevas organizaciones políticas (Syriza, Podemos), que conocen bien los avances progresistas realizados en América Latina, están tratando de cambiar las cosas y de aportar soluciones de inclusión social y de rechazo de las políticas “austeritarias”.
En el marco de ese encuentro excepcional, pudimos entrevistar a nuestro amigo estadounidense Noam Chomsky, uno de los intelectuales más prestigiosos del mundo. Un hombre que lleva años pensando cómo construir un mundo más justo, menos desigual y con menos violencia.
Ignacio Ramonet: Noam, el 9 de marzo pasado, Barack Obama firmó una orden ejecutiva y decretó “estado de emergencia” en Estados Unidos por “la amenaza inusitada y extraordinaria” que representaría Venezuela para la seguridad nacional de su país. ¿Qué piensa usted de esta declaración?
Noam Chomsky: Tenemos que ser cuidadosos y distinguir dos partes en esa declaración. Por un lado, un hecho real: la imposición de sanciones a siete funcionarios de Venezuela. La otra parte es un aspecto más bien técnico, la forma en que se formulan las leyes estadounidenses. Cuando un presidente impone una sanción debe invocar esta declaración ridícula que pretende que hay “una amenaza a la seguridad nacional y a la existencia de EE.UU.”, por parte de tal o cual Estado. Es un aspecto técnico del derecho estadounidense. Es tan ridículo que, de hecho, nunca se había subrayado. Pero esta vez sí se insistió en ello, porque surgió en América Latina. En la declaración habitual casi nunca se menciona todo este contexto, y creo que es la novena vez que Obama invoca una “amenaza a la seguridad nacional y a la supervivencia de EE.UU.”, porque es el único mecanismo a su alcance mediante el cual la ley le permite imponer sanciones. O sea, que lo que cuenta son las sanciones. El resto es una formalidad absurda; es una retórica obsoleta de la que podríamos prescindir, pero que, en todo caso, no significa nada.
Aunque a veces sí. Por ejemplo, en 1985, el presidente Ronald Reagan invocó la misma ley diciendo: “El Estado de Nicaragua es una amenaza a la seguridad nacional y a la supervivencia de Estados Unidos”... Pero en ese caso era verdad. Porque ocurría en un momento en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) había ordenado a EE.UU. que pusiera fin a sus ataques contra Nicaragua mediante el uso inapropiado de los llamados “Contras” contra el Gobierno sandinista. Washington no lo tomó en cuenta. Por su parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también adoptó, en ese momento, una resolución que pedía, a “todos los Estados”, que respetaran el derecho internacional... No mencionó a nadie en particular, pero todo el mundo sabía que se estaba refiriendo a EE.UU.
La CIJ había pedido a Estados Unidos que pusiera fin al terrorismo internacional contra Nicaragua y que pagara reparaciones muy importantes a Managua. Pero el Congreso estadounidense lo que hizo fue aumentar los recursos de las fuerzas [los “Contras”] financiadas por Washington que atacaban a Nicaragua... Es decir, la Administración de Reagan opuso su método a la resolución de la CIJ y violó lo que ésta le estaba pidiendo. En ese contexto, Reagan se puso sus botas de cowboy y declaró que Nicaragua era una “amenaza a la seguridad de Estados Unidos”. Recordará usted que, en aquel mismo momento, Reagan pronunció un célebre discurso diciendo que “los tanques de Nicaragua están a solo dos días de marcha de cualquier ciudad de Texas”... O sea declaró que había una “amenaza inminente”.... Bueno, según Reagan, aquella “amenaza” era una realidad... Pero ahora no, lo de Obama es una fórmula retórica, una expresión técnica, digamos. Claro, se trata de darle a la declaración un aspecto dramático adicional para tratar de socavar al Gobierno de Venezuela... Algo que Washington hace casi siempre en esos casos.
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