Una conmovedora canción de Alberto Cortéz para dedicarla a todos los padres del mundo.
Cualquier día, a cualquier hora y en cualquier lugar...
Querido Viejo:
Perdona lo de "viejo" antes que nada
Como al mejor de todos mi camaradas
pero es que así te siento más a mi lado.
te contaré las cosas que me han pasado.
las cosas que contigo no he compartido
Trataré de explicarte lo que he sentido
en todos estos años que aduve lejos,
y que hubiera querido... ¡Querido viejo!
arrojando tu vida por la ventana.
Tú sabes lo que pasa a los veinte años:
te parece que el mundo es una manzana,
Yo gastaba los días a mí manera,
cada día festejas el cumpleaños
y un día de repente llegó a mi puerta,
sin importarme nada, cómo ni cuándo,
y al igual que se extiende una enredadera,
la soledad de a poco me fue ganando.
más que amante y esposa es la compañera
Dicen que "Dios aprieta, pero no ahoga",
un duende de ojos claros, en buena hora,
Ah, si la vieras, Viejo, ¡si tú la vieras!,
cuando estaba mi playa casi desierta.
como yo la querrías, estoy seguro,
cada instante que pasa, día tras día,
que aligera la carga de mis apuros.
Con el alma serena cambian las cosas,
la mente queda libre de condiciones,
y paso a paso nacen nuevas canciones.
se encausan las ideas más ambiciosas
y a ellas les descargo mis sentimientos,
Me las propone el niño que llevo adentro
Y bien, aquí la carta ya se termina
mi nostalgia, mis ansias, mis rebeldías.
Y estoy contento, Viejo, porque consigo
¡Si vieras cuántas noches estás conmigo
vivir de lo que amo con toda el alma.
cuando escribo una copla de madrugada!
hasta allí, donde vives... con las estrellas...
pues la noche ha dejado de ser doncella,
la llevará volando una golondrina,
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