Soy hijo de otra época. Crecí en una familia donde no se tiraba nada. Mis padres sufrieron la escasez de la postguerra en el régimen franquista y tuvieron que afrontar las miserias de la época cuidando lo poco que tenían y desarrollando el arte del reciclaje.
Por eso, tiendo a acumular cosas y a resistirme a tirar algo que pueda seguir teniendo utilidad. Algunos de esos objetos los conservo por su valor emocional y su conexión con determinados valores éticos. Las nuevas "aventuras" que estoy emprendiendo ahora, hacen que el "almacenamiento" se incremente constantemente.
He encontrado camisetas, pins e insignias vinculadas a actividades y "luchas" iniciadas hace casi 40 años y que se prolongan hasta el momento presente.
Mi militancia sindical en Comisiones Obreras o mi militancia política determinan el origen de muchos de esos objetos. Pero también reflejan mi paso por algunas ONGs o experiencias espirituales y lúdicas.
La tercera edad reclama estas incursiones por el pasado para encontrar anclajes que ayuden a dar sentido a lo que aún me queda por vivir.
