En este vídeo de poco más de 8 minutos, he intentado unir imágenes de dos tragedias de las que contamos con abundante documentación gráfica: el holocausto de los nazis contra los judios y otras minorías étnicas o sociales y el genocidio que actualmente se está perpetrando en Gaza.
Los nazis acabaron con dos tercios de la población hebrea que vivía en Europa (seis millones de personas), sometiéndola a todo tipo de vejaciones en los campos de concentración. Los sionistas israelíes han convertido un territorio pequeño como Gaza, poblado por poco más de dos millones de habitantes, en un campo de tiro donde todos los días se suceden las masacres. Algunas fuentes calculan que podemos estar hablando ya de cerca de cuatrocientas mil personas entre muertos y desaparecidos, desde que comenzó la invasión del ejército israelí tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Como los nazis, parece que la intención última del gobierno de Israel es hacer desaparecer a la población gazatí, físicamente o expulsándola a algún país árabe vecino. A este paso, puede ser que en algún momento lleguen al record de los nazis, haciendo desaparecer a dos tercios de los actuales habitantes de Gaza. Especialmente doloroso es el sufrimiento que se les está infringiendo a los niños y niñas.
La historia se repite, sólo que en este último caso, las víctimas de ayer se han convertido en los verdugos de hoy.
La escena final del vídeo, muestra crudamente las imágenes de un bebé gazatí al que una bomba ha arrancado una pierna que justamente tiene al lado, mientras llora... Estas imágenes retumban en mi consciencia y el dolor y la impotencia inicial se transforma en propósitos para hacer algo que a modo de granitos de arena ayuden a terminar con esta matanza. Estoy hablando de boicot a los productos israelíes que me encuentro en el Supermercado y a las empresas que comercian con los genocidas. Hablo también de movilización y presión social para que gobiernos e instituciones dejen de mirar para otro lado y adopten medidas efectivas para frenar a Israel.
Se trata, en definitiva, de hacer frente a la lógica del régimen de guerra que se nos trata de imponer y que justifica genocidios y considera aliados a los genocidas.